Las risas del rey Onsino


Aviso para navegantes: el patrocinio de internet es de San Isidoro de Sevilla; el de los ingenieros informáticos, San Raimundo Lulio (Ramon Llull); el de las telecomunicaciones, San Pedro Regalado; el patrocionio de los pianistas recae en Santa Cecilia. Santa Tecla, aunque es invocada por los piadosos usuarios de las computadoras en momentos de apuro, se dedica a otros menesteres en el Cielo. De hecho, tendría que especificarse a qué Tecla nos referimos, porque el santoral recoge unas cuantas. Por defecto, será Santa Tecla de Iconio, compañera de Pablo de Tarso, supuestamente virgen y posteriormente mártir. Pero hay que andar con ojo, porque no siempre es así. Ya verán el porqué de este aviso.

Cuentan que en el año 48 dC andaba San Pablo predicando en Iconia, donde conoció a Tecla, hija de Teoclia, de buena familia. Qué hizo Pablo y qué Tecla, sólo se supone. Tecla renunció al matrimonio con Tamiris, Tamiris denunció a Pablo por embrujar a Tecla, Pablo fue a dar con sus huesos al calabozo, Tecla robó su dote, sobornó a los guardias, liberó a Pablo y juntos huyeron de la ciudad para no volver. A partir de ese día, Pablo y Tecla fueron uña y carne, poniendo en apuros a quienes insisten en la casta virginidad del predicador y su compañera.

Pablo murió simplemente decapitado, pero Tecla era harina de otro costal. Así que la pillaron, en Seleucia, la echaron a un pozo lleno de serpientes venenosas. Nada. Luego quisieron despedazarla atándola entre dos bueyes. Nada. Quisieron quemarla y el verdugo acabó envuelto en llamas. Echaron mano de los leones. Nada. ¡No hubo manera! Así que la dejaron ir y Tecla se retiró a una cueva, para rezar y meditar sobre la futilidad de la existencia. Ahí estuvo unos años, tan tranquila, mientras la bilis se acumulaba en el hígado de sus enemigos. Éstos decidieron plantarse en la cueva y mancillarla por turnos, pero Tecla, viéndolos venir con malas intenciones, rogó ayuda al Señor y así entraron los villanos en la cueva, así se desplomó la galería, sepultándolos a todos. Cuentan que de Tecla pudo rescatarse un brazo, no más. El brazo fue llevado a Armenia, donde comenzó a ser venerado.

Aquí comienza el lío. En Tarragona, dicen, se veneraba una Santa Tecla desde hacía mucho tiempo, pero ¿qué Tecla era ésa? Cuando la nombraron patrona de Tarragona, a principios del siglo XII, se dijo que era la Tecla de Iconio, y se afirmó un tanto alegremente que había visitado Tarragona en compañía de San Pablo, ahí queda eso. Para adorarla en condiciones, en septiembre de 1319 Ramón de Aviñón y los cónsules de Tarragona, de parte de Jaime II de Aragón, partieron hacia Armenia. Su misión era traer de vuelta las reliquias de la santa, que conservaba entonces el rey Onsino de Armenia.

Resultó fácil. Pagaron al rey de Armenia cuarenta caballos andaluces, un trono de oro y dos mil quesos mallorquines (sic). El rey les cedió los derechos sobre el cadáver de la santa, que tenía dos brazos, dos piernas, etcétera. Recuerden lo que afirmaba la leyenda, que sólo pudo rescatarse un brazo. Regresaron con el cadáver y lo guardaron en el monasterio de Sant Cugat del Vallès. En 1321, Tarragona recibió el brazo de Santa Tecla y lo guardó en la catedral, como reclamo de peregrinos y fuente de ingresos.

En junio de 1811, el general Suchet ordenó el asalto y saqueo de Tarragona, que se había sublevado contra los franceses. El brazo de Santa Tecla desapareció durante la batalla. En 1814, los monjes de Sant Cugat cedieron el otro brazo de Santa Tecla a Tarragona, para que pudieran venerar alguna cosa, pero ¡caramba! Hace unos años reaparece el primer brazo, que una familia de Tarragona había puesto a buen recaudo durante el saqueo de la ciudad. Así que ahora se veneran en Tarragona los dos brazos de la santa, de la que sólo pudo rescatarse un brazo, insisto. ¡Milagro!

En éstas, mientras unos descubren el brazo desaparecido, otros descubren una basílica paleocristiana del siglo III dC en las obras de un aparcamiento en la ciudad, en 1995. En resumen, una tumba preside su camposanto, en la que se lee BEATA THECLA VIRGINE. Ésa era la Santa Tecla original, no la de Iconio, ni la de Armenia. Una muchacha tarraconense.

En Tarragona se guarda un respetuoso silencio sobre el particular, pero cuentan que en los valles de Armenia todavía se oyen las risas del rey Onsino.

1 comentario:

  1. Estupenda història.
    Que no en sabessim res, de Tecla, la millor amiga de Pau de Tars, i santa i màrtir, revel·la el masclisme de l'Església. De fet, diuen que Tecla ara ja ni apareix al santoral oficial del Vaticà. Se l'han carregat, a la millor amiga i companya de fe de Pau.
    Potser no la volen recordar perquè Tecla feia el mateix que Pau: predicar, batejar... i és clar, no queda bé recordar-la si es vol mantenir la prohibició d'accés al sacerdoci per a la dona. Devia ser dona apassionada, la Tecla, per això Pau va deixar escrit que les dones no interrompessin els homes quan parlaven a l'assemblea. Perquè Pau era molt virtuós en algunes coses però en d'altres li pesava massa cert paquet que gravita massa al centre de l'home.
    La descurança en recordar una dona, juntament amb l'estultícia de tanta gent, -vaig veure a Santa Maria Maggiore un sagrat... bressol metàl·lic? no quedem que Jesús va néixer en un estable i que era fill de fuster?- provoca escenes còmiques com la què descrius.

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