Qué entiende «La Vanguardia» por «casi»

Qué entiende La Vanguardia por casi. Es una pregunta muy interesante, porque nos ayudará a comprender mejor los contenidos de la que fue La Vanguardia Española y hoy es Voz de su Amo, en la línea. Vayamos a ver.

La Real Academia de la Lengua Española, RAE para los amigos, entiende por casi lo que me permito copiar a continuación. Es decir: (Del lat. quasi). 1. adv. c. Poco menos de, aproximadamente, con corta diferencia, por poco. U. t. repetido. Casi, casi me caigo.

Ah, bien. Es bueno saberlo. Veamos cómo aplica casi el insigne e ínclito panfleto, ese casi que tanto nos ha llamado la atención.

En la página 27 de la edición en castellano del viernes 9 de septiembre de 2011, La Vanguardia publica una noticia sobre los recortes en la sanidad pública catalana que ocupa tres cuartas partes de la página, poco más o menos, o casi. El titular de la noticia dice así:

La sanidad catalana recorta su 10% casi sin despidos.

Perdón, ¿cómo dice?

El título viene acompañado de una entradilla que anuncia que Sant Pau se prepara para una ERE que reduzca jornada. Escrito tal cual. Ah, bien, digo yo. Nótese que este mismo artículo comienza diciendo lo que sigue, errores de puntuación incluídos:

El hospital de Sant Pau inicia las negociaciones para presentar un expediente de regulación de empleo no para realizar despidos, sino para reducir gastos con suspensiones temporales de jornada. El caso de Sant Pau, que podría afectar al menos a unos 500 empleados, de los 1.000 que componen la plantilla, se suma a los muchos ERE y acuerdos in extremis que se están llevando a cabo en otros muchos centros sanitarios, como Igualada, Granollers, Santa Caterina de Girona, Blanes y Calella y los centros de Parc Salut Mar, que incluye el Hospital del Mar y el de l'Esperança. En total, 38 hospitales de la red pública. [El subrayado es mío.]

Según otras fuentes (El País, El Mundo, etc.), la dirección del hospital de Sant Pau quiere reducir su plantilla un tercio. Un tercio, ahí es nada... o casi nada.

Leo ese primer párrafo y me quedo de una pieza. Treinta y ocho hospitales de la red pública enfrentándose a EREs (y los que ya se los han comido aparte) y... ¿me están ustedes diciendo que esto es casi sin despidos? ¿Casi?

Leo además, un destacado del mismo artículo: Más de 6.000 profesionales interinos o eventuales se han quedado este año sin trabajo. ¡Por el amor de Dios!

¿Quién ha escrito el artículo? ¿Un amanuense de don Baudilio, a. Boi Ruiz, a. el Desmantelador, a. Baudilio Manostijeras? Ese casi sin despidos contiene en tres palabras el cinismo desalmado con que nos han estado obsequiando últimamente a todos los catalanes, un menosprecio descomunal, el lenguaje retorcido, falso y mentiroso más digno de las tiranías que denunció Orwell en 1984 que de un periodista, o de un responsable de la sanidad pública en un país del primer mundo... aunque la supresión de servicios médicos haya devuelto algunas comarcas a la situación sanitaria tercermundista de hace cuarenta años.

Siento asco y vergüenza. Prefiero que no me digan nada a que quieran dármela con queso. Esto va por los políticos, por don Baudilio y sus secuaces, pero también por los periodistas que se prestan a lamer culos, y perdonen ustedes que sea tan grosero, pero es que me ha salido del alma.

En Cataluña, entre ochenta y cien mil personas trabajan en la sanidad pública: médicos, enfermeras, auxiliares sanitarios, cuidadores, inspectores, farmacéuticos... Se han suprimido turnos, se han cerrado plantas de hospital, quirófanos, servicios de urgencias, se han alargado sine die las listas de espera, se han reducido las prestaciones a la dependencia... Los hospitales concertados sufren igualmente. Si hace dos años existía una demanda estimada de veinte mil trabajadores para cubrir las necesidades objetivas del sistema sanitario (envejecimiento y crecimiento de la población, nuevas prestaciones sanitarias, etc.), hoy se estima que existen veinte mil profesionales de la sanidad a los que no podemos dar un empleo. A los colegios de médicos y enfermeras me remito.

Si eso es casi sin despidos, será porque La Vanguardia es casi un periódico. No sé, digo yo.

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