¿Hay para tanto?

Sé que voy a recibir críticas, pero pienso que el debate alrededor del video de propaganda del PSC, ése de los maniquís, el que advertía sobre las consecuencias de los recortes, ése que ahora publican y luego censuran, se ha ido de madre. No hay para tanto, digo yo, pero este decir es una opinión. Y ya saben qué pasa con las opiniones, se basan en percepciones subjetivas, se apoyan en algunos datos objetivos, pero no son más que un parecer. Hay opiniones más o menos fundadas, opiniones que cabe considerar y opiniones que no cabe siquiera mencionar. ¿En qué grupo se incluye mi opinión? Quizá en el último.

Puede argumentarse que el anuncio del PSC roza el mal gusto, pero esa opinión se centra en la última escena, que asocia los recortes en la sanidad pública con la muerte de algunos pacientes. El argumento de la muerte es, en efecto, desagradable.

Pero hay que ser estúpido o mentiroso para afirmar que los recortes indiscriminados en la sanidad pública (llamados ajustes por algún descerebrado) no van a afectar a la salud de los catalanes. Cualquier experto en sistemas sanitarios mostrará al incrédulo una ecuación donde una de las variables será la esperanza de vida y otra, la inversión per cápita en la sanidad pública. Es un hecho probado. Es triste, pero es así.

Y si no hay muertos, los habrá, y si no, habrá, cuanto menos, dolor, el dolor de esos pacientes crónicos que esperaban meses y ahora esperarán más meses en recibir un tratamiento que alivie sus penas. Por lo tanto, que la propaganda del PSC sea más o menos acertada es una cosa, que sea desagradable... Es posible que lo sea. Pero que pone el dedo en la llaga es cierto.

Ahora bien, queridos lectores, no quiero despedirme sin dos reflexiones.

La primera, que el PSC ha mandado estos últimos años y lo ha hecho francamente mal. Es cierto que CiU tiene in mente la privatización y el desmantelamiento de la sanidad pública (me remito a lo que dice don Baudilio, a. Bío Ruiz), pero no es menos cierto que, pese a algunos progresos en atención médica y hospitalaria, el gobierno tripartito dejó tras de sí un pollo considerable. Cuesta dar la razón a quien la tiene, pero más cuesta denunciar un problema cuando uno ha hecho lo posible por acrecentarlo.

La segunda reflexión es el mensaje: No es lo mismo para Cataluña Rubalcaba que Rajoy, dice, lo que es cierto y falso y cuestionable, las tres cosas a la vez, y ya veo que tendré que explicarme. Cierto, porque no es lo mismo. Falso, porque a Cataluña le da igual uno u otro, porque, si no es una zona geográfica, una unidad administrativa o un topónimo, indiferente a quien mande, es una idea política nacional, o una creencia social, o lo que quieran. Independiente de quien sea el presidente del Gobierno de España, Cataluña será lo mismo (o tendría que serlo) y ajena al gobierno o al mal tiempo. Quien padecerá las decisiones de uno u otro no es Cataluña (un ente abstracto-administrativo), sino los catalanes (siete millones y pico de realidades concretas). Es una precisión.

Y ahora me saco de la manga una tercera reflexión. El mensaje no es el adecuado. Quien ahora recorta indiscriminadamente el sistema sanitario catalán, quien no le ha proporcionado los medios necesarios durante muchos años porque prefería subvencionar el fútbol y la televisión, no ha sido ni Madrid ni Rubalcaba ni Rajoy, sino primero Montilla, que no puso orden en la casa, y ahora Mas, que ha sublimado la hecatombe a tijeretazo limpio.

Y venga el video, que lo mejor es que juzguen ustedes mismos para llevarme la contraria.


1 comentario:

  1. http://www.elpais.com/articulo/sociedad/equipo/averiado/impidio/operar/mujer/fallecida/aneurisma/elpepusoc/20111115elpepisoc_3/Tes

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