La última encuesta de El cuaderno de Luis, reconozcámoslo, era de gran enjundia. La culpa es de... Se optaba por echársela a Aznar, a Zapatero, a Hegel, sin la menor duda, pero ha habido quien, sin meditar en el asunto, ha respondido: ¿La culpa de qué? Pues ¿de qué va a ser? Lamento decir que uno de cada diez votantes nos ha defraudado.
Curiosamente, un 30% de los encuestados echan la culpa a Aznar o Zapatero. Por cada uno que señalan a Zapatero, dos señalan a Aznar. La razón de esta preferencia es evidente: Aznar ha reconocido públicamente haber leído a Habermas. Peor aún, dice entenderlo. No hay vuelta de hoja: o miente o dice mentiras, evidentemente. Todos saben que Habermas aprendió de Hegel el decir obviedades con retórica incomprensible y que su famosa acción comunicativa no es más que el trío Calatrava: la tésis, la antítesis y la síntesis. A falta de pan, buenas son tortas.
Un 60% de los encuestados apuntan directamente a Hegel. La culpa es de Hegel, sin la menor duda, afirman, y se quedan tan contentos.
Vox populi, uox Dei.
Curiosamente, un 30% de los encuestados echan la culpa a Aznar o Zapatero. Por cada uno que señalan a Zapatero, dos señalan a Aznar. La razón de esta preferencia es evidente: Aznar ha reconocido públicamente haber leído a Habermas. Peor aún, dice entenderlo. No hay vuelta de hoja: o miente o dice mentiras, evidentemente. Todos saben que Habermas aprendió de Hegel el decir obviedades con retórica incomprensible y que su famosa acción comunicativa no es más que el trío Calatrava: la tésis, la antítesis y la síntesis. A falta de pan, buenas son tortas.
Un 60% de los encuestados apuntan directamente a Hegel. La culpa es de Hegel, sin la menor duda, afirman, y se quedan tan contentos.
Vox populi, uox Dei.
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