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4.601

En octubre de 1959, en la Encomienda de Mudela, Ciudad Real, Francisco Franco Bahamonde, Caudillo por la Gracia de Dios, Generalísimo de los Ejércitos, etcétera, y algunos amigos, cobraron, agárrense, cuatro mil seiscientas una perdices (4.601) en una cacería de tres días. Descontando desayunos, comidas y cenas, eso es tanto como cobrar cuatro perdices por minuto, o más, una cada veinte segundos. ¡Qué balacera! ¡Y cuántas perdices! Las fotografías que publica hoy El Mundo, que tomó aquellos días Eduardo Matos, son del género surrealista: un prado lleno de perdices y en medio, pequeñito entre semejante multitud de cadáveres, Paquito.

Las fotografías fueron censuradas por obscenas (sic), y han tenido que pasar cincuenta años para que alguien haya querido, o podido, publicarlas. Esa imagen absurda, y sí, es verdad, también obscena, la de un ser ridículo y minúsculo en medio de un campo de perdiz-ción, resume perfectamente décadas de la historia de España.

2 comentarios:

  1. Disculpa la ordinariez pero creo que al Mundo se la han metido doblada...

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  2. La ordinariez queda disculpada y no sé yo si se la han metido así o asá, si fueron censuradas en su día o no lo fueron, pero la imagen de Paquito en medio de un mar de perdices era, es, un poema.

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