El Ayuntamiento de Vic, con un alcalde de Unió Democràtica de Catalunya apoyado por CiU, el PSC y ERC, ha decidido adoptar la propuesta de Plataforma per Catalunya sobre el empadronamiento de inmigrantes no europeos (sic), que es la de no empadronarlos si se encuentran en situación irregular. A decir del ministro y de los abogados que entienden de estas cosas, esta negativa es ilegal, porque afecta al derecho de las personas que se recogen en dos leyes orgánicas e invade las competencias del Gobierno que recoge una tercera. Por lo que se ve, el empadronamiento es obligatorio y confidencial, aunque el Ayuntamiento de Vic dice que empadrona a quien quiere, juzga por sí mismo la presunta ilegalidad y utiliza los datos confidenciales sin permiso judicial o del interesado para cursar denuncias.
Los portavoces de CiU, el PSC y ERC muestran su desacuerdo con esta decisión, como mucho, sin demasiado convencimiento. En CiU y ERC se oyen voces que cantan que no hay para tanto, excusando a los suyos. Los de Plataforma per Catalunya, mal rayo les parta, se frotan las manos, porque son los únicos que salen ganando, pase lo que pase. Ya verán qué bien les irá cuando toquen elecciones. El debate, por otra parte, alcanza las cotas más altas de populismo zafio y vulgar. Bastante miga tiene el asunto como para andar por ahí de mesías salvapatrias y en cualquier país civilizado, los señores miembros de un consistorio que públicamente desafiasen la legalidad vigente serían expulsados de su partido político, a patadas y sin medias tintas. Pero donde se mezclan los sentimientos, las banderas, los nuestros y los de fuera, donde campan demagogia y populismo, donde lo simple, lo fácil, se utiliza para tapar, no para explicar, ¿qué podemos esperar? Hace mucho tiempo que nuestra política es ésa, y así nos va. Con tanta bandera no hacemos más que alentar a los que gustan desfilar con ellas.
En resumen: le estamos viendo las orejas del lobo. En Italia ya ha mordido a algunas personas, y cuidado, que de lobos sabemos mucho en Europa. Homo homini lupus.
Los portavoces de CiU, el PSC y ERC muestran su desacuerdo con esta decisión, como mucho, sin demasiado convencimiento. En CiU y ERC se oyen voces que cantan que no hay para tanto, excusando a los suyos. Los de Plataforma per Catalunya, mal rayo les parta, se frotan las manos, porque son los únicos que salen ganando, pase lo que pase. Ya verán qué bien les irá cuando toquen elecciones. El debate, por otra parte, alcanza las cotas más altas de populismo zafio y vulgar. Bastante miga tiene el asunto como para andar por ahí de mesías salvapatrias y en cualquier país civilizado, los señores miembros de un consistorio que públicamente desafiasen la legalidad vigente serían expulsados de su partido político, a patadas y sin medias tintas. Pero donde se mezclan los sentimientos, las banderas, los nuestros y los de fuera, donde campan demagogia y populismo, donde lo simple, lo fácil, se utiliza para tapar, no para explicar, ¿qué podemos esperar? Hace mucho tiempo que nuestra política es ésa, y así nos va. Con tanta bandera no hacemos más que alentar a los que gustan desfilar con ellas.
En resumen: le estamos viendo las orejas del lobo. En Italia ya ha mordido a algunas personas, y cuidado, que de lobos sabemos mucho en Europa. Homo homini lupus.
Mi querido amigo,
ResponderEliminarEste es el futuro de Europa. Las propuestas de PXC son demasiado atractivas para mentes simples - y estas demasiado numerosas - como para no pronosticarle un futuro prometedor.
La actitud de nuestra inútil clase política nos ha llevado a esto y ahora hay que pagar una fiesta que será cara, ya verás.
Saludos,
Carlos
Temo estar de acuerdo contigo y Dios quiera que nos equivoquemos. Sin embargo, una cosa es una mente simple, que no puede ir más allá, pobrecita, y la otra una mente que prefiere la simplicidad, por ahorrarse el esfuerzo que supone ser libre y razonable. Cultivamos la estulticia con cuidado y esmero y cosechamos estos lodos. No es tonto el tonto, sino el que hace tonterías, dijo un sabio.
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