Debo estas líneas a una buena amiga, que me ha señalado el caso, sabiendo (quizá) que no podría resistir la tentación de comentarlo.
¿Les suena el Dr. Satoshi Kanazawa, de la London School of Economics and Political Science? Quizá por un ensayo que trajo cola: Why Beautiful People Have More Daughters (Por qué la gente guapa tiene más hijas, 2007). El Dr. Kanazawa afirmó que las familias donde eran guapo él y guapo ella tenían más hijas que hijos. Aventuró una desviación de la media de un 26%, aunque ha recibido un varapalo en la Universidad de Columbia, que ha dicho que no hay para tanto, que sólo es un 8%. Están en ello, a ver quién tiene razón.
El caso es que el Dr. Kanazawa es un reputado especialista en psicología evolutiva. Es decir, en vez de sentar a un paciente en el diván y preguntarle si quiere más a papá o a mamá, lo sienta y le pregunta por el ADN de papá y mamá y la biografía socioeconómica de sus ancestros. Aunque algunos de sus artículos y ensayos tengan títulos que pueden levantar una sonrisa (Por qué los ingenieros tienen hijos y las enfermeras, hijas; Por qué los guapos son más inteligentes; etc.), el Dr. Kazanawa se pregunta por qué somos como somos, y busca las causas en nuestra condición de simio y en los mecanismos de la evolución.
La última del Dr. Kanazawa ha sido un ensayo en el Social Psychology Quarterly que apunta un asunto interesante. Según el autor (y no descubre nada nuevo), el varón humano ha sido siempre ligeramente polígamo (sic) y la mujer más bien monógama. El origen de este comportamiento es biológico. El macho alfa dedica muchos esfuerzos a la perpetuación de la especie y el varón machote anda por ahí con la bragueta bajada, instintivamente. Pero la reciente evolución de la especie humana premia al varón fiel, que no pone cuernos a su señora y contiene su afición por las féminas, y esta fidelidad es (según el Dr. Kanazawa) una novedad evolutiva en la especie. Por lo tanto, concluye el sabio, es más evolucionado el varón comedido que el varón salido; más inteligente (sic) el varón fiel que el mujeriego.
Más inteligente, quizá, pero ¿más listo? El debate está servido.
Más en:
http://www2.lse.ac.uk/researchAndExpertise/Experts/s.kanazawa@lse.ac.uk
http://www.psychologytoday.com/blog/the-scientific-fundamentalist
¿Les suena el Dr. Satoshi Kanazawa, de la London School of Economics and Political Science? Quizá por un ensayo que trajo cola: Why Beautiful People Have More Daughters (Por qué la gente guapa tiene más hijas, 2007). El Dr. Kanazawa afirmó que las familias donde eran guapo él y guapo ella tenían más hijas que hijos. Aventuró una desviación de la media de un 26%, aunque ha recibido un varapalo en la Universidad de Columbia, que ha dicho que no hay para tanto, que sólo es un 8%. Están en ello, a ver quién tiene razón.
El caso es que el Dr. Kanazawa es un reputado especialista en psicología evolutiva. Es decir, en vez de sentar a un paciente en el diván y preguntarle si quiere más a papá o a mamá, lo sienta y le pregunta por el ADN de papá y mamá y la biografía socioeconómica de sus ancestros. Aunque algunos de sus artículos y ensayos tengan títulos que pueden levantar una sonrisa (Por qué los ingenieros tienen hijos y las enfermeras, hijas; Por qué los guapos son más inteligentes; etc.), el Dr. Kazanawa se pregunta por qué somos como somos, y busca las causas en nuestra condición de simio y en los mecanismos de la evolución.
La última del Dr. Kanazawa ha sido un ensayo en el Social Psychology Quarterly que apunta un asunto interesante. Según el autor (y no descubre nada nuevo), el varón humano ha sido siempre ligeramente polígamo (sic) y la mujer más bien monógama. El origen de este comportamiento es biológico. El macho alfa dedica muchos esfuerzos a la perpetuación de la especie y el varón machote anda por ahí con la bragueta bajada, instintivamente. Pero la reciente evolución de la especie humana premia al varón fiel, que no pone cuernos a su señora y contiene su afición por las féminas, y esta fidelidad es (según el Dr. Kanazawa) una novedad evolutiva en la especie. Por lo tanto, concluye el sabio, es más evolucionado el varón comedido que el varón salido; más inteligente (sic) el varón fiel que el mujeriego.
Más inteligente, quizá, pero ¿más listo? El debate está servido.
Más en:
http://www2.lse.ac.uk/researchAndExpertise/Experts/s.kanazawa@lse.ac.uk
http://www.psychologytoday.com/blog/the-scientific-fundamentalist
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