El Centro de Estudios de Opinión de la Generalidad de Cataluña ha publicado su primer Barómetro de 2010. La prensa se ha interesado superficialmente en el asunto, limitándose a copiar la nota de prensa que les han pasado por fax (una costumbre desgraciadamente extendida) y destacando que CiU parece que ahora mismo ganaría las elecciones autonómicas de calle, como suele decirse. A modo de chiste (y no tiene ninguna gracia) el estudio muestra que el voto en blanco podría ser la tercera fuerza política en Cataluña, por delante de ERC, el PP et altri.
Les diré por qué no tiene ninguna gracia el chiste. Dos de cada tres catalanes está poco o nada satisfechos con la democracia. Tres de cada cuatro creen que los políticos sólo buscan el beneficio propio y que no consideran la opinión de los ciudadanos. Además, dos de cada tres reconocen que los políticos hablan de cosas que nadie entiende. Así se llega al reparto de las simpatías políticas: a mí me gustan ésos; a mí, aquéllos, etc. Pero uno de cada tres o cuatro catalanes afirma que no siente inclinación por ninguno de ellos. Es más, más de la mitad de los catalanes afirman que todas las precauciones son pocas (sic) a la hora de relacionarse con el vecino, así, en general.
Ja, ja, ja. Y ahora ¿dónde está la gracia?
Les diré por qué no tiene ninguna gracia el chiste. Dos de cada tres catalanes está poco o nada satisfechos con la democracia. Tres de cada cuatro creen que los políticos sólo buscan el beneficio propio y que no consideran la opinión de los ciudadanos. Además, dos de cada tres reconocen que los políticos hablan de cosas que nadie entiende. Así se llega al reparto de las simpatías políticas: a mí me gustan ésos; a mí, aquéllos, etc. Pero uno de cada tres o cuatro catalanes afirma que no siente inclinación por ninguno de ellos. Es más, más de la mitad de los catalanes afirman que todas las precauciones son pocas (sic) a la hora de relacionarse con el vecino, así, en general.
Ja, ja, ja. Y ahora ¿dónde está la gracia?
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