Mario Vargas Llosa ha ganado el premio Nobel de Literatura. El buen hombre, de por sí parlanchín, no calla desde ayer por la madrugada, agradeciendo el premio. Dice, siempre ha dicho, que es un hombre muy afortunado por poder ganarse la vida leyendo y escribiendo. Sí que es afortunado... Se le ve incrédulo, aturdido, creo que apenas concibe la que le ha caído encima. Desde estas líneas me permito felicitarle. Prometo que lo leeré algún día, cosa que todavía no he hecho.
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