Páginas

La multa sabe a poco

FACUA-Consumidores en Acción es una organización que se dedica a defender a los consumidores de los abusos del mercado e intenta proteger sus derechos. Hoy la conoce más gente que ayer porque hace unos meses denunció a Power Balance España ante la Secretaría General de Salud Pública, la Dirección General de Consumo y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía por publicidad engañosa, porque Power Balance España tiene sede en Marbella (dónde, si no).

En total, FACUA ha presentado catorce denuncias. A saber, contra Power Balance España (Marbella, Málaga), Ion Balance (Alcundia, Mallorca), Equilibrium (Alicante), EFX Performance (de la empresa Rod Artwin, Leioa, Vizcaya), Harmony Zen (distribuida por Publipunto, Albacete), Bio-Ray (Palmanova, Palma de Mallorca), Energy Ion (Barcelona), Mojo Future (Marbella, Málaga), Nikken (que se distribuye directamente desde el Reino Unido), NoaMagnetic (Madrid), Sabona España (Barcelona), Tecnobalance (Dos Hermanas, Sevilla), Vitalizer (Las Palmas) y Vitaljoya (Alcobendas, Madrid). ¡Vaya con las pulseritas!

Los primeros en resolver el caso han sido los andaluces. El servicio de Consumo de la Delegación Provincial de Salud de Málaga dictó el pasado 18 de octubre (pero no se ha publicado hasta ahora) lo siguiente: la resolución del expediente sancionador tramitado contra la entidad Power Balance España SL con la imposición de una sanción de 15.000 euros como responsable de una falta grave por publicidad engañosa.

Eso equivale a lo que cobra Power Balance por menos de 400 pulseras. Considerando que vende más de 300.000 pulseras al año, a 35 o 42 euros la pulsera...

En FACUA se han puesto como una moto, y con razón, porque el caso de Power Balance es una monumental engañifa, por no decir un timo como una catedral o una estafa del tamaño de los Cerros de Úbeda. FACUA exige de las autoridades una multa de 400.000 euros, porque, según FACUA, la falta no es grave, sino muy grave. Limitar la sanción a 15.000 euros es como tomar el pelo al personal, y en esta apreciación estoy de acuerdo con FACUA. Quien dice Power Balance dice cualquiera de las otras.

De todos modos, no podemos descartar que las pulseritas de marras cumplen una función social. Si vemos que alguien lleva una de estas pulseritas y cree que así mejora su salud y su equilibrio (¿qué equilibrio?), sabemos, sin lugar a ninguna duda, que ese alguien es tonto. Así, tal cual. Tonto, imbécil, lo que prefieran, porque la pulserita nos indica que el powerbalancista es capaz de creerse cualquier cosa y no es capaz de discernir claramente entre la realidad y un cuento de hadas. El problema es que son powerbalancistas personajes muy famosos y andar por ahí afirmando que son idiotas (aunque uno tenga razón) es un deporte de riesgo. Sin ir más lejos, la Casa Real Española y la nueva ministra de Sanidad exhiben pulseritas en público.

La ministra de Sanidad... ¡Manda güevos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario