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¡Santa Paciencia!

Como les he recomendado encomendarse a Santa Paciencia, me veo obligado a hablar de ella.

El primero de mayo se celebra la festividad de los santos Orencio y Paciencia, esposos y mártires. Eran de Huesca, vaya por Dios, y vivieron a mediados del siglo III dC (evidentemente).

Cuentan que Orencio casó bien, porque Paciencia era de buena familia, pero dedicaron el dinero a socorrer a los pobres. Engendraron a dos pequeños, Lorencio y Orencio, de los que ha quedado noticia de su bondad y que se sumaron más tarde al número de los santos.

Un día, murió Paciencia. Cómo, no lo sé, pero consta como mártir (y eso da mucho en qué pensar). Orencio quedó solo y triste, y seguramente pobre, hasta que una noche, mientras oraba, se le apareció un ángel (así, tal cual) y le dijo que tomara a su hijo Orencio y marcharan al lugar que él mismo señalaría. Poco antes, los vecinos habían asado a Lorenzo en una parrilla, donde ganó el martirio, y esa fijación por cocinar cristianos creemos que también tuvo que ver con la decisión de emigrar. En resumen, los dos Orencios, padre e hijo, marcharon de Huesca y en sus andares llegaron a Tarbes, hoy Francia. Orencio fue cegado por una luz y supo que ése era el lugar dicho por el ángel.

Llevaba consigo dos novillos que eran un tormento, porque no había manera de uncirlos al yugo y embestían a todo quisque. Orencio, hasta las narices de las bestias, les hizo la señal de la cruz y las amansó de sopetón. Producido el milagro, araba con estos toros el campo hasta que un mal día, apareció el lobo y le mató un novillo. Arrepentido de su mala acción, el lobo se unió a la yunta con el novillo que había sobrevivido al ataque y San Orencio labró los campos con lobo y novillo, lo que no está exento de mérito. El suceso se representa en las catedrales de Huesca y Zaragoza (en ésta, cerquita del mural sobre el Cojo de Calanda).

Orencio regresó a Huesca. Supongo que arar con un novillo y un lobo tuvo algo que ver, no queda claro. La cuestión es que le dieron una calurosa bienvenida (¿a la parrilla?)... y murió mártir. No sé cómo ni por qué. En resumen, que una vez muerto lo enterraron al lado de su mujer, en la capilla de Loreto, a tres kilómetros de Huesca. Cuentan que si lleva una piedrecita de Huesca al santuario y la depositan donde dicen que Santa Paciencia esperaba la vuelta de la escuela de San Lorenzo y San Orencio, justo donde está ahora la puerta del templo, es posible que se cumpla su plegaria, la que ha hecho por el camino. ¿Cuándo se cumplirá la plegaria? Pues, no sé. Todo será tener paciencia.

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