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Banca Catalana - La patata caliente

Ahora ¿qué hacer con Banca Catalana? El Banco de España maniobró para que el banco se quedara en Cataluña. Ofreció al Banco de Sabadell ayudas por valor de 2.475 millones de euros si compraba Banca Catalana, pero el Banco de Sabadell sabía por dónde iban los tiros y se negó a meterse en líos.

En un primer momento, también se negó La Caixa. Según sus expertos, de todos los créditos industriales que tenía pendientes de cobro Banca Catalana (1.400 millones), sólo el 16% podían considerarse sanos y un 56% fallidos o morosos, siendo el resto de alto riesgo.

La Caixa se hizo rogar y accedió a quedarse con Banca Catalana... si el Banco de España le prestaba más de 4.600 millones de euros prácticamente libres de intereses. Además, el señor Vilarasau, de La Caixa, solicitó prescindir de gran parte del personal de Banca Catalana. Su razón era evitar que los sindicatos tuvieran más peso en el Consejo de Administración de La Caixa. Entonces se negó el PSOE.

Al final, tras mucho negociar, el ministro de Economía, Boyer, intentó que Banca Catalana permaneciera en Cataluña permitiendo que un grupo de cajas de ahorro catalanas (todas de gestión pública), con La Caixa delante de todas ellas, se quedara con el banco. Pero ese grupo competía con el Fondo de Garantía de Depósitos, que es propiedad de los bancos, que ya había perdido mucho dinero con Banca Catalana y que quería apropiarse de su red de oficinas para aliviar sus pérdidas.

Banca Catalana se la quedó el Banco de Vizcaya... y allá se acabó su historia.

En 1985, el Tribunal de Cuentas confirmó que el Estado había perdido más o menos 10.000 millones de euros intentando evitar la quiebra de Banca Catalana. Aparte, las pérdidas patrimoniales y financieras del banco. Un pastón.

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