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La estrategia del tutumás

Un niño le dice al otro que es tonto. El otro le responde: Pues, tú, más. Ésta es la estrategia del tutumás, que también recibe otros nombres y que mereció un puesto de honor en la obra 28 maneras de tener razón en una discusión, del gran Schopenhauer.

Observen que el primer niño, A, lanza una proposición sobre x, x=f(x). El segundo niño, B, en vez de afirmar que no es cierto que x=f(x), o de proponer una alternativa, como x=g(x), afirma que y=h(y). En la estrategia del tutumás se aprecian dos casos genéricos. Uno, el tutumás simple, donde x no es p(y); es decir, x e y son independientes. El tutumás donde x=p(y), es decir, donde el valor de x depende del valor de y, o viceversa, recibe muchos nombres, normalmente asociados a las propiedades de la función p.

La estrategia perfecta del tutumás consiste en que B ofrezca un tutumás simple, y=h(y), para contrarrestar la proposición de A, x=f(x), pero afirmando que x=p(y). A no puede controlar la variable y, porque x es independiente de y; pero B puede controlarla y llevar a A hacia donde sea más ventajoso para los intereses de B. Obsérvese que no hace falta que sea cierto o falso que x=p(y); sólo hace falta hablar de y en vez de hablar de x, y si eso se consigue, B se la lleva al huerto.

El niño A afirma que el niño B es tonto. El niño B no niega tal condición, ni la desmiente ni la refuta, ni siquiera la pone en duda. El niño B responde hablando de otra cosa, de la condición de tonto del niño A. Fíjense que al decir y tú, más está relacionando la tontería del niño A con la del niño B de tal manera que si B es tonto, A lo será más, cuando, en verdad, las tonterías de A y B son independientes una de la otra.

Esta estrategia se emplea muchísimo, especialmente en política. Por ejemplo, uno pregunta por qué el Gobierno de la Generalidad de Cataluña dedica menos dinero a la sanidad pública (o a la educación) per cápita que la mayoría de Comunidades Autónomas. El gobierno responde esgrimiendo el déficit fiscal, una función compleja del estilo x=f(Madrid, inmigrantes, funcionarios, Barça, Mourinho, y), presuponiendo que x=h(y). Pero la pregunta es por qué, a igualdad de ingresos, el gobierno de aquí dedica menos recursos a la sanidad pública (o a la educación) que la mayoría de Comunidades Autónomas. Es decir, y=g(y), donde y es el porcentaje de la inversión pública en sanidad (o educación). En otras palabras, x e y son independientes; es decir, es falso que x=h(y), al menos en un determinado rango de valores de x e y, el rango donde se plantea el problema. En pocas palabras, puede ser cierto o falso que exista un déficit fiscal, pero que sea cierto o falso no explica que de cada euro que gestione el gobierno se dediquen menos céntimos a la sanidad (o la educación) pública que ese mismo euro gestionado por cualquier otra de entre quince Comunidades Autónomas, que pueden tener déficit fiscal o no tenerlo, y esta afirmación también puede ser cierta o falsa.

Para entendernos, cuando preguntamos por los recortes y nos responden hablando de Madrid, están mareando la perdiz. Es un caso ideal de la estrategia del tutumás simple.

Sobre el otro tutumás, el complejo (más bien, el complicado), me voy a remitir a un caso que ha saltado a la prensa estos días.

Comienza la discusión el señor don Carlos Jiménez Villarejo, publicando en El País el artículo El ataque a la salud, en los umbrales del delito, donde sostiene que los recortes que ha llevado a cabo y que piensa llevar a cabo el Gobierno de la Generalidad de Cataluña en el sistema sanitario público rozan el delito (literalmente). x=f(x).

Responde el señor don Jordi Turull i Negre, que es de la portavocía de CiU. También le dejan escribir en El País y su artículo se titula Lo que omite el señor Jiménez Villarejo. Antes de saber lo que dice, ya vemos por el título que el señor Turull esgrime la estrategia del tutumás. Leemos el artículo y comprobamos que no responde a los argumentos del señor Jiménez, sino que habla de otra cosa, y=g(y). Eso sí, sostiene que x=h(y). Dice que los del Tripartito dejaron las cuentas hechas unos zorros y pregunta, literlamente: ¿Es denunciable hacer ajustes para salvaguardar el Estado de bienestar y no lo es el desbarajuste total en el gasto público? Dice ajustes, no recortes, porque oficialmente aquí no se corta ni se recorta. Luego habla de otras cosas; en ningún momento discute que los recortes en el sistema sanitario podrían haber sido menores de haber gestionado los ajustes de cualquier otra manera. Pero las larga contra el Tripartito con una variante de la estrategia del tutumás, la estrategia del ventilador.

La estrategia del ventilador consiste en airear no un tutumás, sino varios tutumás a la vez y apestar el ambiente de tal manera que el contrincante no sepa por dónde empezar a responder, por si no lo sabían.

Una de las tácticas para superar la estrategia del tutumás es darle la razón al otro y seguir uno en sus trece. Por lo tanto, leídos ambos artículos, vamos a dar la razón a ambos ponentes, al señor Jiménez y al señor Turull. En consecuencia, propongo desde estas líneas denunciar al actual gobierno y al anterior. Al primero, por joder y al segundo, por dejarnos bien jodidos.

No servirá de nada, pero nos divertiremos.

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