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Mójame, Jordi

Sale José Antonio y dice que esto va mal porque hay más Mohamed que Jordi en Cataluña. No es un chiste ni tiene gracia, tampoco es cierto. Pero el señor Duran, que anda muy salido, tira del populismo más bajo, rancio y obsceno para intentar ganar votos, ahora que vienen elecciones. Su objetivo final no es otro que el de ser ministro, dicen por ahí, y esto, aunque suene a chiste, parece que es cierto. Por eso le da igual darle alas al racismo. En parte, porque él es racista. Además, clasista, machista, homófobo, relativamente inculto, mentiroso, moralmente sospechoso, soberbio, un tanto estúpido e intolerante. No son afirmaciones gratuitas, pues a sus palabras me remito.

Como siempre, lo mejor es acudir a las fuentes. Quién mejor que el Instituto de Estadística de Cataluña, de la Generalidad de Cataluña.

Los nombres más frecuentes de la población en 2010 son José, Antonio, Francisco y Manuel, por este orden. Jordi es el séptimo nombre más frecuente entre los catalanes (74.513 tocayos) y Jorge, en español, el décimoctavo (35.530 tocayos). Entre los veinte primeros no aparece Mohamed ni nada parecido.

En cuanto a los nombres de los recién nacidos, Jordi ocupa la decimoséptima posición, con 426 bebés. Los recién llegados prefieren llamarse de otra manera. Por ejemplo, Marc, el nombre con más éxito y 1.294 bebés, seguido por Àlex (en vez de Alexandre o Alejandro), Pol, Pau, Eric, Arnau, Biel, Jan, Hugo, Daniel... Entre los veinte primeros no aparece un solo Mohamed.

Mohamed es el vigésimosexto nombre más frecuente entre recién varones, con 375 bebés registrados con ese nombre contra 426 Jordis recién llegados. Los varones registrados como Mohamed apenas suponen un 0,4% del total de varones que inscriben su nombre en la onomástica nacional.

Puestos a preocuparse por algún nombre catalán muy nuestro en peligro, ¿por qué no Josep? Un refrán decía que Joseps, Peps i ases hi ha a totes les cases (Josés, Pepes y asnos los hay en todas las casas)... y se está perdiendo tan notable tradición. Prosigue la presencia asnal en la familia y en todas partes, es cierto (don José Antonio es una clara muestra de ello), pero los nombres de José, Josep o Pepe pierden el favor del público ante los inefables Erik, Max, Axel, Nil, Aitor, Alan... Hay que bajar hasta la sexagésimonovena posición para encontrar José (125 bebés) o la nonagésimacuarta para dar con Josep (84 bebés).

Es decir, José Antonio miente como un bellaco o dice lo que dice sólo para provocar un sentimiento de rabia y echarle las culpas de todo al inmigrante, para presentarse luego él mismo como ministro adalid de la raza aria y pura, en peligro de extinción por culpa de los malignos semitas. Porque, no me cansaré de repetirlo, la culpa es siempre y en todo caso de los inmigrantes, los funcionarios o Madrid, así, en general.

José Antonio, te estás pasando. Siembras vientos y algún día crecerán tempestades.

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