El pasado 9 de diciembre, mientras todavía se reunían los representantes de los empleados públicos con los representantes del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, el conseller Mas-Colell, con la aquiescencia del president Mas, dio la orden de suspender parte de la paga de Navidad de esos empleados públicos, pero retener (ilegalmente, dicen) la parte del IRPF que correspondería a toda la paga. Igualmente, se tomó la decisión de retrasar el pago de las cuotas de la Seguridad Social y del IRPF de los empleados públicos a las arcas de Hacienda. Así, la Generalidad de Cataluña se financiaría con el sueldo que no pagaría a sus empleados y las retenciones a cuenta en exceso. El 9 de diciembre, repito.
Nadie informó de nada a los empleados públicos o a sus representantes. El abuso se conoció por la prensa. Ni una sola nota oficial hasta que llegó el ingreso bancario... notablemente inferior a lo esperado. El gobierno ha actuado con alevosía y premeditación.
Luego todo han sido excusas de mal pagador. Con la Generalidad de Cataluña en práctica suspensión de pagos por una mala gestión de su Tesorería, el conseller de Economía y Finanzas habla de un fallo informático. Miente. Luego dice que quizá hubo un fallo en la comunicación... ¿Quizá?
El president Mas tuvo que salir ayer por televisión para admitir que el gobierno había cometido un error. En ningún caso, señalo, un error de comunicación (sic). Aunque dijo poco antes que se deberían de haber explicado las consecuencias de esta medida desde el principio, para Mas eso no es un problema de comunicación (sic). Dijo, agárrense, que es un problema de hacer las cosas bien o no tan bien. Me niego a comentar la frase por no llamarle imbécil.
En fin, el gobierno había cometido un error, pero un error indeterminado, no se sabe qué error. En palabras del muy honorable señor Mas: Hemos cometido un error y, cuando un gobierno comete un error, lo que tiene que hacer es disculparse, reconocerlo y hacer entender que los compromisos se mantendrán. Como para creérselo.
Se habla mucho de los empleados públicos, pero miles de autónomos se quedarán sin cobrar lo que se les debe por la misma razón. Quizá hablemos de docenas de quiebras por impago de la Generalidad de Cataluña.
Éste es un país de pandereta. Primero, que se diga cuál ha sido el error y quién es el responsable. Alguien tiene que asumir la responsabilidad que se le supone y poner su cargo a disposición del presidente. Si no, el presidente podría indicarle amablemente por donde cae la oficina del INEM más próxima, como en cualquier país civilizado. La prensa, todo, tendría que pedir la cabeza del sujeto.
Pero aquí... Aquí no dimite ni la abuela. Aquí no ha pasado nada. Somos los mejores y se nota.
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