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No le pille a usted un infarto en Tarragona pasadas las cuatro de la tarde. Los hospitales de Tarragona tienen que derivar las urgencias cardiacas a Bellvitge porque la unidad hemodinámica cierra por las tardes, por ahorrar. Ya saben, la nueva política sanitaria de los recortes, ésa que, en palabras de don Baudilio, no afecta para nada a la seguridad de los pacientes.

Cierra la unidad hemodinámica, pero no falta un protocolo de doce páginas (doce) que explica al personal sanitario en qué lengua tiene que dirigirse a los pacientes. El manual también se aplica a las conversaciones entre el personal, especialmente cuando están presentes terceras personas. El protocolo se entregó a los profesionales sanitarios de Tarragona en diciembre de 2010, y otra vez el pasado octubre, según el diario El País.

Dice el opúsculo que el médico siempre hablará en catalán, independientemente de la lengua que utilice su interlocutor. Si el paciente muestra cierta dificultad para comprender lo que se le dice, el protocolo autoriza a utilizar recursos no verbales y material gráfico de apoyo (sic). Es decir, señas y dibujos. Si sigue sin comprender, pues se le habla en castellano, como última opción.

Es más sencillo y amable preguntar al principio de todo en qué idioma prefiere que le trate el médico, digo yo, pero el director de Salud en Tarragona, Josep Mercadé, de CiU, no opina como yo y además firma el protocolo, asegurando que se trata de un caso de imagen corporativa. Toda organización tiene la necesidad de definir cómo debe gestionar su comunicación, dice, al presentar el panfleto. Ah, en ese caso, no hay más que decir.

Como hablamos de Tarragona, hablamos de turismo, pues son millones los turistas europeos los que buscan en la costa mediterránea alcohol de garrafa, sexo fácil y hoteles baratos. Esos turistas, que vienen en plan salido y van de juerga en juerga, sufren accidentes y deben ser tratados en un servicio de urgencias... ¿en catalán?

En este caso, sólo en este caso, se admiten excepciones a la regla. Pocas. Sólo si es la primera vez que el turista tiene contacto con el sistema sanitario catalán, dice el protocolo, de manera restrictiva y excepcional, añade, podremos hablarle en su lengua u otra que entienda (y que entendamos nosotros). Ahora bien, señores turistas, no se hagan ilusiones. El protocolo afirma que con el inglés y el francés hay de sobras, que todo el mundo entiende una cosa o la otra y que no será necesario comunicarse en ningún otro idioma. Si es usted ruso, árabe, chino, malgache o alemán, mala suerte y apáñeselas como pueda.

De los inmigrantes no dice nada. Supongo que para ellos se guardan las señas y dibujos.

Creo que sobran los comentarios. Que cada uno piense en la oportunidad y el acierto de este protocolo, y la utilidad del esfuerzo que ha supuesto redactarlo. Hay quien considerará que es más urgente una cosa que otra, un infarto que un protocolo de comunicación, la formación del espíritu nacional que la atención debida a las personas. Como va por gustos y afinidades, yo me quedo con la atención debida y ustedes, con lo que les plazca. Pero ojalá sean tratados de acuerdo con su parecer en el momento, ojalá lejano, en que necesiten ayuda médica. Con dibujos y todo.

1 comentario:

  1. El tema de la lengua no hace más que evidenciar lo canallas que son algunos... Y mala gente...

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