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¿Qué dirá Artur Mas en Londres?

Los de Presidencia de la Generalidad de Cataluña han enviado una nota de prensa a todas partes donde se narra la próxima intervención de un líder del mundo mundial en una reunión de políticos que afirman pertenecer a la democracia liberal o reformista europea. El panegírico, pues no es otra cosa, y sólo hay que leerlo, lo copian muchos periódicos y narra la importancia de semejante reunión, que es cosa de ver lo importante que es y el impacto que tendrá en la Unión Europea lo que allá se diga. Se anuncia que el muy honorable señor don Artur Mas, presidente de la Generalidad de Cataluña, participará en tan tremebunda convención política para iluminar al mundo con sus sabias palabras. Olé.

La nota de prensa que los periódicos se limitan a copiar o resumir señala cuáles serán las líneas principales del discurso del líder patrio. Las anuncia porque, si no hubiera una nota de prensa previa, ni nos enteraríamos.

El objetivo del discurso será convencer al mundo de lo estupenda que es Cataluña y sobre todo, de lo muy bien que lo hace él, don Artur Mas, el del Gobierno de los Mejores. Por eso se da tanto bombo y platillo de su intervención en la prensa, la radio y la televisión del régimen, para que se sepa.

La primera parte del discurso será explicar a los señores demócratas liberales y reformistas lo chachi piruli que es Cataluña, porque... En fin, porque la mayoría de los corresponsales extranjeros en España residen en Madrid (sic) y ya se sabe cómo son los que residen en Madrid, mala gente, que siempre dan una imagen torcida de los catalanes.

Por eso dirá que la economía catalana es similar a la de Portugal o Finlandia, y que exporta tanto como Dinamarca, aunque no sé qué mérito es ése, porque ya nos gustaría a los catalanes vivir con el sueldo y la protección social de los daneses, pero no creo que nos gustara vivir como viven portugueses y finlandeses... o quizá sí, visto como vivimos ahora. No será peor. También dirá el preclaro líder que Cataluña apuesta por participar directamente en la construcción política europea, y que por eso se muestra solidaria con otras zonas de España, sin saber qué tiene que ver una cosa con la otra, y añadiendo que el orador desconoce el significado verdadero de solidaria, que es la que permanece unida y se mueve a la par.

Eso sí, y ahora comenzará la segunda parte de su discurso, lamentará los incumplimientos sistemáticos del Gobierno del Estado con la financiación de Cataluña, citando la nota. Lo que yo no diría nunca en una convención de políticos liberales demócratas y reformistas europeos, o en ninguna otra parte, porque dejarse engañar una vez por Zapatero es para no mentarlo en el currículum, pero dejarse engañar varias veces seguidas... Qué pitorreo.

¿No recuerdan el aprobaré el Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña, el apoyaré que gobierne la lista más votada, el nuevo acuerdo de financiación será el mejor acuerdo que ha tenido nunca Cataluña... y éste varias veces? ¿Cuántas veces no le han tomado el pelo al señor Mas las zalamerías de Zapatero? O Zapatero era más listo de lo que creemos, o el señor Mas... En fin, que yo no iría por ahí en la segunda parte de mi discurso, porque lo mejor sería no mentar el ridículo.

La tercera parte es la del que sienta cátedra y explica a los demás lo que tienen que hacer en vez de lo que hacen. Les dirá cómo se ha sacrificado Cataluña para salir de la crisis, para que la tomen como ejemplo, y les recomendará que el Banco Europeo haga esto, lo otro y lo de más allá, porque será mejor hacerle caso a él, a don Artur, que de esto sabe lo que no está escrito y más.

Aunque la nota de prensa que ha repartido el gobierno sobre esta reunión diga que se van a reunir la flor y nata de Europa, lo cierto es que los demócratas liberales y reformistas son una minoría en la política del continente y llevan siéndolo desde hace muchos, muchos años. Ahora mismo, que están mejor que no han estado nunca, sólo cuentan con dos primeros ministros (Holanda y Estonia), un comisario europeo, algún viceprimer ministro y poca cosa más.

Además, las cosas claras, la reunión organizada en Londres por el señor Clegg, líder de los liberales ingleses, que pretende con ello sacar pecho ante su colega conservador. Es más un asunto interno británico que una reunión europea de postín, pero, como dan de comer y es grátis, porque pagamos nosotros...

La reunión durará seis horas y participarán cincuenta líderes liberales y reformistas europeos. Cincuenta. En el mejor de los casos, el señor Mas podrá hablar cinco minutos en mal inglés. La nota de prensa que ha mandado enviar y anunciar en los medios catalanes leída en voz alta dura más que el tiempo que tiene asignado para decir cuatro cosas a las que nadie en Europe hará mucho caso. A los analistas políticos de Bruselas me remito, que no esperan nada útil de tal reunión.

La propaganda del señor Mas tiene que leerse en clave interna española. Por un lado, quiere mosquear a don Mariano. Si Zapatero le engañaba una y otra vez, don Mariano obra mucho peor: hace ver que no le oye, y eso pone al señor Mas de los nervios. Por eso, dirá lo que dirá... y no creo que consiga hacerse oír, ni así ni asá. Por el otro lado, si convence al personal de su papel protagonista en una reunión de líderes europeos, quizá consiga hacerse pasar por bueno y no sea confundido con los componentes del Gobierno de los Mejores, que le están saliendo ranas.

Lo que es a mí, me importa bien poco lo que diga o deje de decir el señor Mas en Londres. Lo que me tiene sorprendido es que sea él quien participe en una convención liberal demócrata y reformista, él, que es el máximo exponente de la extrema derecha neoliberal económica europea, de la carcundia nacional y del conservadurismo más rancio de España, con permiso de algún vasco y algún otro exaltado que participa en La Vanguardia y en Intereconomía. Un Gobierno de los Mejores que hace lo que hace en sanidad, inmigración, educación, servicios sociales, política fiscal y tantas otras cosas merece un puesto de honor junto a Le Pen, no junto a Adenauer. Es una ofensa a la democracia liberal de toda la vida, hombre. ¡Un poco de respeto!

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