Calcular el PIB no puede ser fácil. El PIB es el producto interior bruto, es decir, todo lo que se hace en un país, dicho muy por encima. Imagínense ponerse a contar... Pues, lo dicho, si se calcula el PIB, que es un nido de trampas, agujeros, estimaciones y aproximaciones y todo el mundo está de acuerdo con el número, no entiendo por qué calcular el déficit o la deuda del Estado es tan complicado.
Las cuentas del Estado son de debe y haber, de entradas y salidas, que se conocen y contabilizan. No tiene que ser fácil cuadrar el balance, en eso estaremos todos de acuerdo, pero, de entrada, si a usted le preguntan qué es más difícil, si calcular el PIB de España o las cuentas del Estado, usted tendría que responder que las cuentas del Estado siguen unos presupuestos, unas reglas y tal y que sería más fácil llegar a conocerlas con precisión. Tanto entra, tanto sale.
Pues debo de andar equivocado. Va el ministro saliente y dice que ha dejado una deuda equivalente al 6% del PIB. Pues, será el 6%. Pero va el ministro entrante y a los dos días, zas, que nada del 6%, sino el 8%. ¡Caramba! Ayer mismo, y hoy se pitorrea la prensa, tres ministros del Gobierno de España dieron tres cifras diferentes: poco más o menos un 8% (gran precisión de cálculo), más del 8% (una cifra con segundas intenciones) y un 8,2% (un farol, seguramente, para pasar por enterado).
El asunto no tendría la mayor importancia si no fuera por un pequeño detalle. Cada décima de ese tanto por ciento nos obliga a recortar (o recaudar de más) mil millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, que entre el 6 y el 8% hay 20.000 millones de euros, ahí es nada, y entre el 8 y el 8,2%, 2.000 millones, que tampoco está mal. Por el bien de todos, que lleguen pronto a un acuerdo y que sepamos cómo andamos de dinero en el Tesoro, por saber si tenemos que agarrarnos de los bajos para saltar al vacío.
Esto, que podría pasar por cómico si no fuera trágico, me obliga a censurar al gobierno saliente y al gobierno entrante, y perdonen ustedes. No puede ser que de un día al otro el déficit pase del 6% al 8%. En primer lugar, porque no se calcula tan rápido... ¿o sí? En segundo lugar, porque las cifras tendrían que ser públicas (lo son) y las mismas para todos (¿lo son?), y es labor de la oposición conocer y criticar (en el buen sentido del término) estas cifras. Por lo tanto, o uno mentía al decir que había dejado un 6% y no un 8%, por no quedar mal, u otro mentía al decir que esperaba vérselas con un 6% y se encontró un 8%, por dejar mal al primero. Quizá fuera una cosa y la otra, que comienzo a creérmelo todo.
En resumen, que me tienen pasmado, unos y otros. Así va el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario