Perdonen el título, pero tenía ganas de llamar la atención y manifestar mi monumental cabreo. La cuestión es que el responsable de un vergonzoso indulto, que comentaré en breve, es el Gobierno de España, que comenzó las gestiones cuando era presidente el señor Rodríguez y ha publicado la resolución siendo presidente Rajoy. Se trata, pues, de una responsabilidad compartida que tiene nombres y apellidos, comenzando por los ministros de Justicia que propusieron el perdón y acabando en los presidentes que lo aceptaron.
El Boletín Oficial del Estado publica que a don Josep Maria Servitje y a don Víctor Manuel Lorenzo Acuña se les conmuta la pena de prisión por la de una multa ridícula (3.600 euros por cabeza), con una única condición, que sean buenos (que no vuelvan a cometer delito doloso en el plazo de tres años, más exactamente). ¿Quiénes son estos delincuentes y por qué delitos obtienen perdón?
Don Josep Maria Servitje era secretario general de Trabajo de la Generalidad de Cataluña, cuando mandaba el señor Pujol, y un cargo importante de Unió Democràtica de Catalunya. Don Víctor Manuel Lorenzo Acuña, era empresario y militante de UDC, y había sido cuñado (me parece que ya no lo es) de don Josep Sánchez Llibre, otro pez gordo de UDC. Todo en casa. Estos dos caballeros fueron acusados y condenados por la Audiencia de Barcelona por el caso Treball, en marzo de 2009. El primero, a cuatro años y medio de cárcel; el segundo, a dos años y tres meses. Este par de delincuentes se las apañaron para quedarse con más de siete millones y medio de pesetas del Departamento de Trabajo contratando estudios inútiles (en su mayor parte, copias de otros estudios).
El caso Treball fue famoso porque también fue acusado el antiguo conseller, Ignasi Farreres, implicado en tan feo asunto, responsable político del mismo, pero absuelto por falta de pruebas. El fallo del tribunal dejó bien claro que fue el señor Farreras el que ordenó los estudios (las resoluciones prevaricadoras, dice el fallo) y se lee que puede parecer extraño (sic) que no se le condene (pues, sí, lo parece). Su absolución, reza el auto, se basa en la duda: no existe indicio o prueba directa de que tuviera perfecto conocimiento de la injusticia y la arbitrariedad de las resoluciones. Pero tener, seguro que lo tenía, aunque no le importaban los detalles.
El empresario, el señor Lorenzo, es además un delincuente reincidente y con antecedentes. Ya había sido antes condenado por el Tribunal Supremo por el caso Turismo a un año y un mes de cárcel, por malversación de más de 150 millones de pesetas (casi un millón de euros), dineros que procedían del Consorcio de Turismo de Cataluña. Al día siguiente de ser condenado por el caso Treball, la Audiencia de Barcelona le cambió la cárcel del caso Turismo por una multa de 9.824 euros. ¡Qué raro...! ¡Qué casualidad...!
Estas sentencias reconocen que los chorizos mencionados desviaron dineros públicos para su propio beneficio y el de terceros, cuya identidad no ha quedado revelada. Es un eufemismo de Unió Democràtica de Catalunya, que era y sigue siendo el partido que más contribuciones anónimas recibe para financiarse de toda España. Repito, de toda España, pues ingresa más dinero de procedencia anónima que el PP y el PSOE juntos, ahí es nada.
El caso huele a un acuerdo bajo mano entre el Gobierno de España y don José Antonio Duran, presente en Madrid precisamente para hacerse rogar por el antiguo presidente Rodríguez y querer por el actual presidente Rajoy. ¿Que no es verdad, que no ha existido ningún acuerdo? Pues, qué quieren que les diga, no me lo creo. A mí me huele mal, muy mal, diría que apesta a un toma y daca que acaba liberando a quien más tendría que sufrir el peso de la justicia, al que malversa la res publica.
En Roma, por menos que eso le metían a uno en un saco y le tiraban de la roca Tarpeya abajo o le metían un perro en el saco y lo arrojaban al Tíber. Ésa es una práctica que sería bueno recuperar.
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