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«Alguien puede hacerse daño» si tropieza con la mujer transparente



El señor Navarro, primer secretario del PSC-PSOE, quiere que el Parlamento de Cataluña cree una Comisión de Investigación sobre la corrupción en la sanidad pública catalana. Exige la máxima transparencia, y no tiene pelos en la lengua cuando pide que algunos socialistas responsables de semejante dislate se presenten ante la comisión. ¡Es tanta la porquería y la gangrena...!

Las dos primeras personas que han alzado la voz para oponerse públicamente a esta encuesta parlamentaria han sido, caramba, dos socialistas: la señora Geli y el señor Pérez.

Les recuerdo que la señora Geli fue consejera de Salud y el señor Pérez, alcalde de Reus. Por activa o por pasiva, ya sea de pensamiento, palabra, obra u omisión, los dos personajes han tenido mucho que ver con el asentamiento de la corrupción en el sistema sanitario público en Cataluña. Lo saben y se les nota.

Los dos, ayer mismo, convocaron una rueda de prensa. Es decir, dijeron lo que querían decir y no respondieron a las preguntas del público. Los periodistas que asistieron al evento han hablado todos de nerviosismo, tensión... De un cabreo monumental, vamos, producto del miedo (que no de la vergüenza).

La señora Geli se estrenó diciendo que la comisión ésa podría girarse contra su instigador. La amenaza fue descrita como una censura sobre la gestión del Tripartito... ¿No fue ella gestora del sistema sanitario público entonces? Aseguró que alguien puede hacerse daño si se crea la comisión. Una amenaza en toda regla.

La señora Geli, con un candor impropio, como si pretendiera engañarnos, dijo que ella misma habría solicitado una comparecencia parlamentaria para explicarle al Parlamento que ella no había tenido nada que ver. Pero la dirección del partido, qué maldad, prefirió la comisión parlamentaria. No dijo más, pero dio a entender mucho. Según cuentan, es de la familia del PSC que quiere suprimir la S de las siglas del partido, mientras que el señor Navarro pretende devolver a esta letra su condición de mayúscula. Eso cuentan, que no sé yo si será verdad.

Por eso mismo, creo yo, el señor Pérez, que mucho tiene que ver con el caso Innova, habló además de la mala fe de algunos de sus compañeros socialistas. Especialmente, de la mala fe de la dirección de partido.

Esa tésis de puñalada trapera entre diferentes familias del PSC-PSOE, unas partidarias de suprimir la S y otras partidarias de darle un poco más de peso, se acrecienta cuando sabemos que en esa exhibición del yonohesidismo de Geli y Pérez, con amenazas incluídas, intervino el señor Ros, alcalde de Lérida. El señor Ros quiso encumbrarse en lo más alto en el último congreso del PSC-PSOE y contó con el apoyo de la señora Geli y el señor Pérez. El señor Ros quería y quiere que el PSC se libere del PSOE y se convierta en un P(s)C, una especie de CiU, pero más chachi. Perdió ante el señor Navarro, y ahora éste sale con la comisión y echando mierda encima de sus escuderos.

El señor Ros, pues, también apareció cabreado ante la prensa. Hizo suya la tésis de la comparecencia voluntaria de la señora Geli, que considera suficiente para demostrar su transparencia... ¿Su qué?

En fin, que si tanto quiere comparecer la señora Geli, que lo pida hoy mismo, haya o no haya comisión. Puede hacerlo, nadie se lo impide, y así podremos contemplar su transparencia. Señoras y señores, ¡la mujer invisible! Tan transparente fue, fíjense ustedes, que no se la vio en ninguna lucha contra la corrupción sociovergente de la sanidad pública catalana, ni se la ha visto ahora, ni creemos que se la vaya a ver mañana. Si tantas ganas tenía de comparecer, si tantas ganas sigue teniendo, ¿por qué todavía no lo ha hecho?

Quizá porque prefiere amenazar con hacer daño a alguien desde la sombra. Mal asunto.

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