¡Lo que se aprende escuchando a los políticos...! La sociolingüística política me dice que tanto yo como mis vecinos hablamos un popurrí de valenciano del norte, aragonés oriental, balear y francés del sur llamado sudholandés. A decir de la nueva sociolingüística política, en este rincón del Mediterráneo conviven lenguas con una estructura, un vocabulario, una gramática y unas raíces tan completamente diferentes entre sí que parece imposible que pueda entenderse un hablante aragonés oriental con un valenciano del norte.
¡Suerte del sudholandés...!
Esto del sudholandés también me pilla de nuevo. En verdad, este pidgin se llama Nederlandse South (holandés del sur) y lo hablan los Nederlandse Spaanse buren (holandeses con vecinos españoles). Luego están los Nederlands Duits buren (holandeses con vecinos alemanes), que se alimentan de queso y tulipanes, calzan zuecos y se pasan la vida fumando porros, yendo en bicicleta y viviendo debajo del agua. A decir de don Artur Mas, President van Zuid-Holland, nosotros somos igualitos a los Nederlands Duits buren, igualitos. Pero es la vecindad de los Spaans la que provoca males sin cuento en los sudholandeses, pues de esa proximidad nace la corrupción y de ésta, por poner tres ejemplos, de Muziek Palace schandaal, de zwendel van Alavedra en Pretoria waar Prenafeta o la corruptie in de Nederlandse public health zuiden.
El President van Zuid-Holland, el presidente Artur Meer (su verdadero nombre sudholandés), explicaba todo esto en los EE.UU., ante un nutrido auditorio formado por un par de docenas de norteamericanos. Tuvo diez minutos para exponer todo lo que tenía que ofrecer, pero los gastó todos. Su visita ha puesto sobre la mesa el asunto del sudholandés, pero también ha servido para que los americanos disfruten de las tradiciones sudholandesas.
En efecto, ante un público numerosísimo (vean la fotografía, si no me creen), ciento treinta koorddanser van Vilafranca van Penedès elevaron unos menselijke toren en medio de Manhattan (que también había sido una colonia holandesa). Así celebraban la visita de don Artur Meer.
A la vista de semejante multitud de sudholandeses ofreciendo gratuitamente bailes populares a los neoyorquinos, un periodista preguntó a don Artur Meer quién había pagado el viaje de tanta gente para que hicieran aquello, porque es sabido que los holandeses, del norte o del sur, no hacen nada por amor al arte, sino por su afición al vil metal. Acto seguido, el woordvoerder van de President van Zuid-Holland respondió con una frase del folclore sudholandés: We zijn niet.
We zijn niet significa, aproximadamente, nosotros no hemos sido.
Con todo, quiero seguir aprendiendo cosas y me gustaría saber quién ha pagado el viaje, cuánto le ha costado y quién le ha dado el dinero para trasladar a los koorddansers van Vilafranca van Penedès al otro lado del charco para actuar... ¿grátis?
Sé la respuesta: Vandaag wil ik niet praten over dit. En aragonés oriental, se diría Avui no toca! En Holanda del Norte, destituyen a un cargo público inmediatamente por mucho menos que responder así. Pero, ay, el sur... ¡El sur...!
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