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A vueltas con el nombre del MNAC



Este fin de semana, escribí una anotación sobre una propuesta de don Josep Serra (a quien el conseller de Cultura llama Pepe) sobre el nombre del Museu Nacional d’Art de Catalunya, MNAC. Pueden leerla aquí.

En resumen, el señor Serra dijo que tenía que incluirse la palabra Barcelona en el nombre del museo, porque Barcelona es una marca que vende. A efectos de márquetin, lo mejor sería cambiar Cataluña por Barcelona, porque la marca Cataluña es apenas conocida en Europa o América. Eso no es nada nuevo y no es la primera vez que el señor Serra dice tal cosa. De hecho, ya van varias conferencias donde se comenta el caso. Por ejemplo, en el Círculo Ecuestre de Barcelona (el no da más del quién es quién en Cataluña), con la aquiescencia y aprobación del actual presidente de Los Amigos del MNAC, el señor don Miquel Roca i Junyent.

En mi anotación dije: Quizá no se llegue a suprimir del todo la marca Cataluña ni el adjetivo nacional, porque a más de uno le saldría una urticaria. Pues no han pasado ni dos días y ya hay quien se rasca en público. Hablo del conseller de Cultura, el tránsfuga señor Mascarell, ése que llama Pepe al señor Serra. El señor Mascarell ha dicho que sería un error suprimir Nacional y Cataluña del nombre del museo. Era previsible que lo dijera. Estábamos esperando que lo dijera, ya contábamos las horas.

Curiosamente, el señor Mascarell también dice cosas que dije yo antes. Así, por ejemplo, afirma que hay nombres de museos que no suenan demasiado bien, y cita al MOMA y al Guggenheim, los mismos que cité yo. Admite, a regañadientes, que MNAC tampoco suena bien. Dice, más exactamente: Otra posibilidad es que el acrónimo sea más lucido, porque sí que es cierto que el actual no es especialmente afortunado. Qué bien que habla el conseller de Cultura... Pero dice, cuidadín, cuidadín, que como conseller de Cultura de la Generalitat, y que quede claro, yo digo que no se producirá ningún cambio que pueda menospreciar los atributos nacionales o catalanes del museo. Lo dicho, una oratoria que tira para atrás.

¿Qué conclusiones sacamos de todo este asunto?

Se me ocurre afirmar que el sobrino de Narcís Serra, el que ahora ocupa el cargo de su tío al frente del MNAC, ha iniciado otro de esos debates sobre el sexo de los ángeles que tanto furor hicieron cuando se hundía Bizancio, y que el conseller Mascarell se ha subido al carro con ganas, para dejar muy claro que él es ahora más papista que el papa, o más convergente que cualquiera, mientras los turcos llaman a la puerta. Hay que notar que la inmensa mayoría del público no sabe qué significa MNAC, y si la marca MNAC no triunfa quizá no sea por razón de su nombre, sino por razón de una nefasta política cultural en Cataluña, digo yo, no sé. Porque el MNAC es un pedazo de museo, un señor museo, que merece mejor suerte que no esta gente que lo gestiona.

La segunda conclusión tiene que ver con la mediocridad. No soy quién para juzgar si el señor Serra, Pepe, es un buen director. Sencillamente, no lo sé. Pero si su única propuesta pasa por cambiarle el nombre al museo... En cuanto al señor Mascarell, su mediocridad es evidente, pública y notoria. Se cambió de chaqueta y abrazó el puesto de conseller cuando fracasó en RBA (en un año, se hartaron de él). Nada como un poco de realidad para regresar con ganas a la política.
Al final, ya lo verán, se llamara Museo de Historia del Arte de Barcelona y Nacional de Cataluña, MHABNC... y no sé qué saldremos ganando con ello.

¡Cómo nos gustan estos debates tan idiotas...! Conste que me incluyo.

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