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Los candados moccianos toman Florencia

En una novela de Umberto Eco, uno de los protagonistas argumenta que el amor es una enfermedad: altera el pulso, la sudoración, los sentidos, afecta especialmente al raciocinio. Esto último será verdad, porque los enamorados hacen cosas muy raras. Una de ellas se ha convertido en una epidemia. Comenzó en Italia y ya he hablado de ella en otra ocasión (Amor bajo llave).

Según Moccia, una manera (antes) muy original de declararse amor es comprar un candado a medias, cerrarlo alrededor de la barandilla de un puente y arrojar la llave al río, simbolizando así que ya nada podrá separarnos, amén. También simboliza, a mi entender, una unión que no se sostiene si no es bajo llave, pero ya me han dicho antipático otras veces.

Florencia no iba a librarse fácilmente de esta moda. En primer lugar, porque es un lugar delicioso al que acuden parejas de tortolitos de medio mundo; en segundo lugar, porque el Ponte Vecchio es uno de los símbolos de la ciudad, y los candados tienen ansia por cerrarse ahí mismo.

A Dios gracias, los munícipes florentinos ponen un poco de cuidado en el control de los candados, pero aún así, uno se los encuentra hasta en la sopa, en los lugares más inesperados.


Estas dos imágenes, en el Ponte Vecchio.

Ya les digo, en cualquier parte.

Alguno hace trampa, si sabe la combinación.

En lo más alto de la cúpula de la catedral. Además, uno de los candados, con abrigo.

2 comentarios:

  1. www.joanramos.com "Candados"

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    1. http://www.independent.co.uk/news/world/europe/part-of-paris-bridge-collapses-under-weight-of-love-locks-left-by-tourists-9512594.html

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