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Sylvia Kristel (1952-2012)



Son batallitas de abuelo. Recuerdo visitas en casa que, sotto voce, confesaban haber viajado a Perpiñán (pronúnciese Perpignan) para ver películas guarras, y susurros en el patio del colegio sobre una tal Emmanuelle, que se pronunciaba Manuel, y que por eso mismo llevaba por el camino de la amargura a Pérez, o quizá fuera Rodríguez, no me acuerdo, que se llamaba Manuel, de Manolo, y estaba de burlas hasta los mismísimos.

La señora ha muerto relativamente joven a causa de varios tumores. Su salud estaba muy delicada y no ha podido más. Durante años ha sido víctima de vicios y adicciones que la han arruinado. Era holandesa y protagonizó una de las películas francesas más taquilleras de la historia del cine galo, Emmanuelle, donde enseñaba las tetas. Era una película erótica que ahora llaman soft, por suave. Es decir, que, tetas aparte, no se veía nada, aunque la señorita Kristel era guapísima entonces.

Qué mal estábamos los catalanes que hacíamos cola en la autopista, cruzábamos la frontera y luego volvíamos a hacer cola en el cine para ver las tetas de la entonces señorita Kristel. Nos poníamos como una moto y en el viaje de vuelta a casa nos calentábamos tanto que no valían alivios con agua fría. Los guardias saludaban a los coches con matrícula de Barcelona con sorna. ¿Qué? ¿A Perpiñán? Recuerdos a Emmanuelle, decían, y los conductores mal disimulaban su embarazo, pillados en falta.

Por suerte, España cambió. Ya no tenemos que pasar vergüenzas para ir a ver películas guarras a Perpiñán, ni fronteras donde pasarlas, aunque hay gente que añora los tiempos de los guardias fronterizos y pide que vuelvan. Es lo malo que tienen las banderas.

En fin, descanse en paz.

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