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La salud pública catalano-británica


Parientes de víctimas del modelo hospitalario del Hospital de Stafford.

El Imperial College de Londres realiza desde hace muchos años unas estadísticas mensuales sobre salud pública en el Reino Unido. El National Health Service (NHS), el sistema sanitario público británico, hacía buen uso de este material estadístico, que anunciaba problemas sanitarios o de gestión, permitía programar las actividades hospitalarias, prevenir epidemias, etc., y servía magníficamente para evaluar la eficacia del sistema.

Sin embargo, algo falló. Brian Jarman, el jefe de ese equipo de estadística, había advertido de un incremento de la mortalidad en catorce hospitales del NHS en el centro de Inglaterra, en Staffordshire. Durante doce años. Doce. Se sucedían las alertas estadísticas: esto no es normal, ¡esto no es normal!

Jarman alertó a los ministros de Sanidad laboristas y conservadores, sin demasiado éxito. De nada sirvieron sus razonamientos matemáticos. El Gobierno de Su Graciosa Majestad no quiso entenderlos y no hizo nada para remediar la anomalía estadística de esos catorce hospitales, que persistía y se agravaba.

Pero, al final, todo se sabe y el Gobierno de Su Graciosa Majestad ha tenido que tragarse el sapo de una muy deficiente gestión sanitaria. Se estima que 20.000 personas han muerto de más en el condado de Staffordshire por culpa del modelo sanitario del condado. Quizá hubieran muerto igual, dicen algunos, pero las estadísticas son contundentes. En primer lugar, todos vamos a morir, pero, en segundo lugar, uno puede morirse antes o después y en Staffordshire se mueren antes de tiempo por culpa de una mala atención sanitaria.

Los británicos contemplan con horror un sistema hospitalario privatizado que aplicó recortes a todos los gastos posibles, con un sistema de gestión que premiaba la consecución de objetivos económicos y descuidaba la calidad del servicio. No lo digo yo, sino que lo dice el informe de investigación encargado por el actual gobierno conservador. El informe es avasallador, contundente. El pueblo pide las cabezas de los responsables, mientras el gobierno no sabe dónde esconderse. Porque queda en evidencia que no respondieron a ninguna de las alarmas, que no prestaron atención al problema... ¡que pudieron evitarlo!

Sir David Nicholson fue el director de la red hospitalaria de Staffordshire, el modelo que el gobierno conservador de Cameron quería extender por todo el Reino Unido. Pero la aplicación de ese modelo sanitario llega tocada de muerte, y nunca mejor dicho. Veinte mil muertos son muchos muertos de más.

El sistema sanitario de Staffordshire es el sistema sanitario que viene aplicándose en las redes hospitalarias semipúblicas catalanas y que don Baudilio, a. Bío Ruiz, con la bendición de todo el Gobierno de los Mejores de don Artur Mas y el apoyo del principal grupo de la oposición, ERC, quieren imponer en Cataluña. De hecho, la versión catalana es la versión cutre del sistema de Staffordshire, la versión cutre y corrupta. Quizá funcione mejor por cutre y corrupta, dirán sus defensores, pero yo lo dudo. Pueden preguntarse si funciona tan bien como dicen interesándose por las aventuras de los señores Crespo, Prat o Bagó, por no citar más canalla, que son los principales adalides del sistema, junto con don Baudilio, don Artur Mas y sus socios de CiU y ERC.

La cabeza visible de la promoción del modelo sanitario de Staffordshire en Cataluña.

Hay que oponerse al sistema sanitario público que propone CiU y apoyan PP y ERC (uno en Madrid y otro en Barcelona). ¿Por qué? Porque es una barbaridad. Dejando a un lado las ideologías o las preferencias políticas de cada uno, es una barbaridad. Mata a la gente. Así de fácil, la mata. Los hechos y los datos fríamente analizados muestran que este sistema sanitario público (privatizado) es más caro, pierde calidad asistencial y provoca un incremento de la mortalidad en los hospitales. Lo demuestra una y otra vez. Es un hecho.

Transporte sanitario propuesto por el gobierno de CiU con apoyo de ERC y PP.

Esto se sabe, se conoce, sobran los ejemplos. Por lo tanto, si CiU, ERC y PP persisten en este modelo, es que les importa un huevo que muera gente, así de crudo, así de claro.

Sólo les deseo, pues, un notable, largo, persistente dolor de tripas, visto lo que ellos quieren para mí y mis compatriotas.

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