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Entonces va y le toca el culo



Ni sabía que existía el Tour de Flandes, la vuelta ciclista a los Países Bajos de habla flamenca. Imagino los ciclistas empeñados en escalar los puertos de montaña de la etapa reina, en Flandes, que deben de ser de aúpa. Se está corriendo estos días, si no es que se ha corrido ya, que Flandes tampoco es tan grande.

Una de estas etapas la ha ganado el señor don Fabian Cancellara, suizo. Como es tradición en estos casos, el señor Cancellara ha subido al podio para poder abrazar a dos lindas señoras o señoritas, que también se le han pegado al cuerpo y le han besado y sobado convenientemente. Es un rito ancestral: el campeón se lo lleva todo, el premio, la fama y las mujeres.

Los ciclistas que ganan una etapa parecen un bocadillo de señoritas, que dijo uno.

Pues, damas, caballeros, observen la fotografía. Mientras el suizo era aprisionado entre dos bellas damiselas y hacía el bocadillo, el que había llegado segundo, un eslovaco, el señor don Peter Sagan, entonces va y le mete mano a una. Le toca el culo. Tal como les cuento. Claramente. ¡Moc! (Ruido de bocina.)

Como la fotografía se las trae y el señor Sagan parece haberse divertido con la ocurrencia, se ha organizado la de Dios es Cristo. Pero ¿qué hace ése sátiro?

Cuentan que el escándalo ha traspasado las fronteras de Flandes y pueden creérselo, que me he enterado del caso hasta yo, que normalmente no me entero de nada.

El señor Sagan es reincidente y me cuentan que no es el primer culo que acaricia en un podio. Eso quiere decir, en primer lugar, que el señor Sagan es un ciclista meridianamente bueno (visita los podios con frecuencia) y, en segundo lugar, que también es un tipo con las manos muy largas (si no es ésta la primera vez). En su defensa, empleando el tuiter (que se pronuncia twitter) ha dicho (traduzco) que No ha sido mi intención faltar al respeto a las mujeres hoy en el podio. Fue sólo una broma. Lo lamento si alguien se ha sentido molesto por ello.

La pregunta es: ¿se sintió molesta la azafata pellizcada por el señor Sagan? En ese momento, quiero decir. En el momento del tocamiento. ¿Se molestó, lo tomó a broma, se rió, se puso frenética y fuera de sí, se sintió humillada o halagada? ¿Cuál fue su reacción? Luego, cuando vio la fotografía, ¿se molestó? ¿Con quién? ¿Con el señor Sagan, con el fotógrafo o con ella misma? El señor Sagan ¿es un bromista mal comprendido o un salido sinvergüenza? El humor eslovaco ¿es inasumible por un flamenco? ¿Hizo reír en aquel momento? Su gesto ¿es ofensivo, ridículo o qué?

Pues ¿qué quieren que les diga? No conozco las respuestas. ¡Yo qué sé!

Sólo me consta que todo el mundo ataca al señor Sagan, que cometió una imprudencia en público, o algo peor, quiso hacerse pasar por simpático delante de una cámara fotográfica. Pero ¿saben qué es lo que yo veo? Además de todo lo dicho.

Veo que todo el mundo carga contra el señor Sagan, por humillar a una azafata, pero nadie carga contra el señor Cancellara, que se deja acariciar por ellas. Lucir el palmito en el podio y llenar de besos a un tipo que huele a sudor acre y todavía no ha pasado por la ducha sí que es algo humillante, digo yo. Pero nadie comparte mi opinión.

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