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¡No protestan contra mí!


Una hermosa historia de amor entre dos partidos que privatizan lo mismo.

Esta mañana, doña Irene Rigau i Oliver, consellera de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña y poseedora de un morro que se lo pisa (no sólo por el bótox) ha dicho que el seguimiento de la huelga en los colegios, escuelas, institutos y universidades ha sido de apenas un 19%, mientras que los sindicatos hablaban de más del 55%. Pero se ha apresurado a añadir, por si acaso, que esas protestas se dirigen contra la política del Estado español (ya que no sabe pronunciar España), no contra ella. Textualmente, que la he oído yo.

En ningún caso protestan contra la Generalidad de Cataluña, ¿verdad? No, no, nunca, qué ocurrencia. No protestarán contra la gestión del gobierno catalán, no, por favor. Sólo contra Madrid, como tiene que ser.

Aunque cabe señalar que desde que la señora Rigau ejerce de consellera, la inversión de la Generalidad de Cataluña por alumno ha disminuido un 20%, 1.200 euros menos por alumno y curso. Aunque ha crecido el número de alumnos, ha despedido a 3.000 profesores. En las universidades catalanas, más o menos lo mismo. Ha reducido su presupuesto en un 19%, ha despedido a 1.300 profesores y el precio de la matrícula universitaria ha subido hasta un 67% después de reducir el número y la cuantía de las becas.

Para que se hagan una idea de lo que estamos hablando, lo que ha recortado la Generalidad de Cataluña a las universidades catalanas equivale al dinero público que sigue dando al F.C. Barcelona y a la prensa escrita en catalán en forma de subvenciones, derechos de televisión, etc.

Pero, tranquilos, que no cunda el pánico, que todo esto es culpa de Madrid y de nadie más que Madrid, faltaría más, hombre.

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