Somos mentirosos. Cuando nos preguntan, mentimos. El Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalidad de Cataluña hace una encuesta para pedir nuestra opinión y en vez de responder lo que pensamos, respondemos lo que creemos que el encuestador quiere oír.
Bah, esto no es nada nuevo. Al contrario, las personas se comportan siempre así y los que se dedican a las encuestas lo saben. En Cataluña y en Pernambuco, todos mienten. Por eso se hacen preguntas tramposas. Si le preguntan a quién votaría usted, luego le preguntarán a quién votó antes. Nunca coincide lo que la gente dice que votó con lo que votó realmente. A partir de éste y otros datos, se procede a la cocina (en argot).
En la cocina se manipulan los datos para obtener un resultado. Si hay políticos o intereses económicos por medio, tendremos mala cocina. Si el cocinero puede trabajar con los medios adecuados, saldrán platos excelentes.
Pero la cocina del CEO es de las que pone los pelos de punta. Hay demasiada gente en la cocina que no pide conocer lo que piensa el público, sino demostrar que piensa como ellos quieren que piense. Así, la predicción de la Mayoría Excepcional fue del CEO, y no diré más.
Pero hay un punto que no sé si es mentira o confusión. A mí me tiene mosca y se repite desde hace ya algunos años. Los catalanes se declaran de izquierdas. Cada vez, más de izquierdas.
Cuando en 2010 CiU ganó las elecciones y habría sumado con el PP una mayoría más que absoluta, los catalanes se habían declarado, de media, un poco más a la izquierda que el centro izquierda. ¡Por eso votaban a CiU-PP! Ya saben, dos partidos de reconocido izquierdismo.
Hoy, la media entre izquierda y derecha en Cataluña ha abandonado el centro izquierda y reposa directamente en la izquierda. Un 39% de los catalanes se sitúan más allá del centro izquierda, hacia la izquierda. Casi, casi, la Unión Soviética, puestos a exagerar. Pese a todo, la suma de intención de voto de CiU y PP dobla o más que dobla el total de catalanes que se declaran de centro, centro derecha, derecha o extrema derecha. Lo dicho: ¡CiU y PP son de izquierdas y no lo sabíamos!
A la hora de calificar a los partidos políticos, los catalanes aseguran que ERC es el partido situado más a la izquierda de todos. Es casi bolchevique. Como es bien sabido, ERC apoya los recortes sociales, al desmantelamiento de la sanidad pública, etc. Su programa de política económica es claramente neoliberal, léanlo. Pero gracias a esta política, ERC es considerado un partido muy de izquierdas y todos tienen que compararse con él. A su derecha, los catalanes sitúan la CUP. Luego andan a la greña, en la zona del centroizquierdismo muy moderado, IC-V y PSC. Sigue CiU, que es de derechas por muy poco. Luego, Ciutadans (C's), y finalmente, claramente en la zona de la derecha, el PP.
Marx, a decir de los catalanes, es el padre filosófico de la derecha, al manifestar que el nacionalismo es un aparato ideológico de la burguesía para desviar la atención del pueblo de sus justas reivindicaciones sociales.
Si uno toma la encuesta del CEO y la cruza con otras, descubre que es creencia popular que cuanto más catalanista es uno, más de izquierdas resulta ser. No ser nacionalista catalán es de derechas. Clamar Proletarios del mundo ¡uníos!, gritar ¡Abajo las naciones! y cantar La Internacional son, para el catalán medio, actividades propias de la extrema derecha.
Volviendo a la encuesta del CEO se da el caso, fíjense, que la clase alta, la media alta y parte de la clase media se consideran mayoritariamente de izquierda o centro izquierda. El catalán de pueblo, ése que reside en un medio rural alejado de la civilización, conservador y tradicionalista hasta la médula, de abuelo carlista, padre franquista y carné de CiU o ERC, también se considera de izquierdas o muy de izquierdas. Lo que queda, que es la otra parte de la clase media y el proletariado urbano es considerado, claramente, de derechas.
A los datos me remito.
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