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Críticos, escritores y pseudónimos


La primera novela para adultos de la señora Rowling.
El diseñador de la portada sigue en libertad.

¿Quién es J.K. Rowling? La mamá de Harry Potter, la que se ha forrado vendiendo las aventuras del aprendiz de mago. Lo digo por si acaso, que nunca se sabe quién puede estar leyendo. Pues sepan que, por su culpa, el mundo del libro anda un tanto revuelto estos días. Ahora verán por qué.

Después del apabullante éxito de las aventuras de Harry Potter, que ha durado varios libros y muchos años, la señora Rowling podía retirarse a vivir del cuento (nunca mejor dicho) o seguir escribiendo. Escogió lo segundo, con gran riesgo para su persona y fama. Escribió The Casual Vacancy (Una vacante imprevista).

Los críticos recibieron The Casual Vacancy con el ánimo dispuesto a despedazar la obra. Banal, estereotipada, decepcionante, aburrida, rutinaria... A ver quién la decía más gorda. Con alguna excepción, todos la dejaron hecha unos zorros. No perdonaban a J.K. Rowling el abracadabrante triunfo de la serie de Harry Potter, que pasó por encima de todas y cada una de sus críticas, que ya podían ser malas o peores, que el chaval de las gafas y la varita mágica se vendía por docenas.

¿Resultado de tan feroces críticas? El previsto: ¡The Casual Vacancy ha sido un éxito de ventas como no hay dos!

Se produjo otro de esos desencuentros entre público y crítica, entre crítica y escritor y entre escritor y público. ¿La crítica me tiene manía? ¿El público es idiota? ¿Es un buen o un mal libro?

La señora Rowling decidió intentar resolver lo insoluble y se disfrazó de Robert Galbraith, militar retirado. No se imaginen a la señora Rowling disfrazada con bigote impostado, vozarrón de barítono y barrigón cervecero. No hizo falta tanto. Con la ayuda de su agente editorial y de la editorial misma, se inventaron un personaje y dejaron su biografía en la solapa del libro. Porque, en efecto, el señor Galbraith había escrito una novela policíaca, The Cuckoo's Calling (La llamada del cuco). Se publicó en abril.

La primera novela del señor Galbraith.
El diseñador de la portada todavía no ha sido apresado.

Se tendió la trampa con cebo y los primeros en picar fueron los críticos. Nadie conocía al tal Robert Galbraith y The Cuckoo's Calling pasó por ser la novela de un principiante. Pero los críticos no se amilanaron por tan poca cosa. La leyeron y luego hablaron bien de ella. Algunos, muy bien. La señora doña J.K. Rowling tuvo la (inmensa) satisfacción de haber engañado a todos los críticos que antes habían hablado tan mal de ella.

Ahora bien, el señor Galbraith vendió 1.500 ejemplares con tapa dura, lo que no está nada mal en los tiempos que corren, pero queda muy lejos de los miles y miles de libros que está acostumbrada a vender la señora Rowling. Pero ahora, ahora que se ha descubierto el pastel, mientras los críticos se dan con un canto en los dientes, la editorial tiene previsto incrementar las ventas de The Cuckoo's Calling en un ¡¡¡500.000%!!! (y qué más da un cero más o menos). ¿Se trata de una estratagema de venta o les ha salido así sin querer?

Manda güevos, que dijo Shakespeare. El asunto se las trae.

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