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Presupuesto consultivo y presupuesto alimentario


Doña Irene Bótox Rigau, señalando por dónde muere el pez.

No hace mucho, me quejé del gasto (inútil) de 30 millones de euros en el material necesario para montar la consulta, aquí

¿Inútil? Pues, sí, he dicho inútil. Por varias razones. Si la consulta se celebra legalmente, el material lo cede el Estado. Si no puede celebrarse legalmente... Pues, no se celebra.

Fíjense cómo va todo que ni se sabe qué se quiere consultar exactamente ni existe fecha para la consulta. De hecho, si alguien asomara con la fecha o la pregunta no podría asegurar ni una cosa ni la otra. Imaginemos que al final se celebrara la consulta, legalmente. Se celebraría, quizá, el próximo lustro, de seguir el ejemplo de los países que se han encontrado con problemas nacionalistas similares y los han resuelto sin bajarse de la legitimidad del Estado de derecho. 

Por lo tanto, sea usted favorable o contrario a la consulta y sea cual sea la pregunta que proponga o la respuesta que quiera dar, tendrá muy difícil negarme de manera razonada y razonable que gastarse 30 millones de euros en urnas y papeletas, ahora, con la que está cayendo, es una gilipollez como la copa de un pino. Más exactamente, una estupidez, porque no beneficia a nadie, pero perjudica a muchos.

Es estos planes andaba el Gobierno de los Mejores cuando asomó las narices el problema de la desnutrición infantil. ¡En qué mal momento!

Don Baudilio Ruiz, consejero de Salud (sic), responde a la denuncia argumentando que es poco científica y asegurando que no pienso tomar ninguna medida extraordinaria para resolver un problema que no es real. Literalmente, tal dijo. El muy cabrón, añado de mi propia cosecha.

Mientras tanto, ayer mismo, un funcionario de la Generalidad de Cataluña afirmó ante las cámaras de televisión que sólo en la comarca del Vallés Occidental se habían detectado más de 5.800 niños que no tenían asegurada una comida al día. 

Al funcionario en cuestión le habían preguntado por el incremento del número de becas-comedor que acababa de anunciar doña Irene Rigau, consejera de Enseñanza. El funcionario, apenado, respondió: La mitad de las solicitudes de beca-comedor no podrán ser atendidas. Sólo podremos atender a 2.900 niños.

El rostro del funcionario, el gesto, decía mucho más que las palabras. Pues ¡qué iban a decirle a él don Baudilio o doña Irene! El cabrón de don Baudilio o doña Irene Bótox Rigau pueden cantar misa, si quieren, pero él se enfrenta, cada día que pasa, a casi 2.000 niños que no saben si hoy van a comer y a los que no puede atender por falta de medios. 

¿Por qué entrevistaron al pobre funcionario? Porque doña Irene Rigau va y anuncia ayer el incremento de becas-comedor en Cataluña. Un grandísimo incremento, fíjense. Ningún niño pasará hambre en Cataluña, dijo, y tan pronto las palabras abandonaban el cerco de sus labios de salchicha, la realidad las privaba de contenido.

Este año, antes de los recortes, se había previsto un gasto en becas-comedor de 32,2 millones de euros. Como el Síndic de Greuges los ha puesto a todos en evidencia, doña Irene incrementa el gasto en becas-comedor hasta los 34 millones de euros, con una generosidad desmedida, para que no se diga que no atiende a las necesidades sociales de los niños catalanes. Tanta generosidad de la señora Rigau se traduce en algo entre 2.000 y 3.500 becas-comedor más para toda Cataluña

En 2013, se habían concedido 64.000 becas-comedor en Cataluña. Hasta ahora, sólo cubrían la mitad del coste de la comida en el colegio. La otra mitad la pagaba la familia del niño. Si la familia no podía pagarla, el niño se quedaba sin beca... y sin comida. Se han dado casos, es cierto.

Ahora, por primera vez en muchos años, sólo en casos de extrema pobreza se permite que la beca cubra todo el coste de la comida. ¡Bueno! ¡Esto es un avance! Hay que reconocerlo.

Pero ¡ojo! Hay que reconocerlo todo. Desde que manda doña Irene Bótox Rigau el presupuesto de becas-comedor ha disminuido más de un 25% en valor real. En 2010, el presupuesto era de 40 millones de euros y se consideraba insuficiente. En tres años se ha doblado (sic) la demanda de becas-comedor por la crisis, pero sólo destinamos 32,2 millones de euros a cubrirla.

Resumen: En el presupuesto que viene, la Generalidad de Cataluña gastará 6 millones de euros menos que en 2010 en becas-comedor, pero tirará por el váter 30 millones de euros para preparar la consulta

El Gobierno de los Mejores, no hay duda. De los mejores para los niños.

1 comentario:

  1. Como siempre, los números ponen en evidencia la ignominia del Gobierno de los Mejores

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