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Matar al mensajero


Daniel Alfonso, actual director de la OAC.

Hay que ceñirse a los hechos para ver qué significan las palabras dichas en boca de un político. Así, por ejemplo, el sintagma reforma fiscal no significa lo mismo lo pronuncie un político de izquierdas o uno de derechas. Por eso, cuando CiU habla de combatir la corrupción política, uno echa unas risas o se lleva las manos a la cabeza. 

La última propuesta de CiU para combatir la corrupción tendría que protagonizar la portada de todos los periódicos: El Partido quiere suprimir la OAC, la Oficina Antifraude de Cataluña. 

El señor Mas en la sala de actos de la OAC, dando lecciones de ética política.

Es cierto que el trabajo de la OAC deja mucho que desear. Pero las razones de su mal trabajo son evidentes y saltan a la vista. No será culpa de sus empleados, que son buenos y hacen lo que pueden. ¿Quién será entonces responsable de su mal funcionamiento?

El Parlamento de Cataluña. No la institución, sino, más exactamente, los señores diputados, uno a uno, con nombres y apellidos, quién más, quién menos. Porque ellos son los últimos responsables de la politización de la OAC. En vez de convertir la OAC en un organismo profesional e independiente que persigue el fraude y la corrupción política, la OAC llega lastrada de comisarios políticos que ponen palos a la rueda. Véase apenas este ejemplo, que expuse hace unos días en este blog:

Aparte del corsé político, la OAC sufre un corsé presupuestario. Su crónica falta de medios le impide ser quien tendría que ser. Eso lo sabe todo el mundo, pero a nadie le interesa corregir esta falta de medios, ¿verdad? ¿Por qué? ¡Qué cándida pregunta! Lástima, porque la inversión no sólo se compensaría en términos morales, sino también en términos económicos, tan grande es el número de chorizos del país.

Traduzco el mensaje de CDC: Transparencia y firmeza ante los casos de corrupción.
Aviso, no es un chiste, es lo que van diciendo por ahí.

Como CiU es el principal agente de la corrupción política en Cataluña y también ha sido el grupo con mayor representación parlamentaria, tendríamos que pedirle cuentas. Los convergentes, por si acaso, ya han dicho que sin independencia seguirá habiendo corrupción, afirmando que una Cataluña convergente-independiente se verá libre de toda clase de corrupción política. Véanlo en:

¡Manos a la obra! CiU ha dado el primer paso hacia el futuro incorrupto de la Gran Cataluña: ha propuesto suprimir la Oficina Antifraude de Cataluña. Han leído bien. No quieren reformarla, quieren suprimirla. Con esa gente tenemos que lidiar, señores.


P.S.: ¡Otra! La Generalidad de Cataluña se niega a proporcionar información sobre las tarjetas VISA de sus cargos públicos con la excusa del derecho a la intimidad. ¿Es violar la intimidad de un cargo público saber qué hace con los fondos públicos mientras ejerce un cargo público? ¿O acaso gasta dinero público en asuntos privados? Lo denuncia la CUP, aquí:

1 comentario:

  1. Lo de estos tíos es surrealista;está claro que lo único que les iinteresa es robar más y mejor...

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