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Privatización hortera y cursi



Ha llegado a mis manos esta fotografía de una estación de los FGC, que son los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña. Esta red ferroviaria hace las veces de metro y tren de cercanías. Es una de las redes ferroviarias más eficientes y puntuales de Europa (no sé si me creerán, pero así es), aunque amenaza catástrofe en manos del actual Gobierno de la Generalidad de Cataluña. 

De entrada, ha empezado a vender (ergo, privatizar) el nombre de las estaciones de FGC. Así, pongamos por caso, la de Avenida Tibidabo será La Caixa Avenida Tibidabo, o El Corte Inglés Avenida Tibidabo o Qatar Airlines Avenida Tibidabo, que tenemos mucha afición a vendernos a las dictaduras árabes. Es un plan ambicioso, dice el consejero de turno, que se inspira en lo que ha ocurrido en otras líneas ferroviarias. En Madrid, sin ir más lejos, ya han empezado y el Barça quiere que su nuevo estadio de fútbol lleve el nombre de una marca comercial. Eso no es excusa, añado. Lo único que indica es que el gilipollismo abunda.

Para amagar que venden los nombres de dominio público al que ponga más pasta sobre la mesa, inician su proyecto en la estación de Provença (por la calle, que enlaza con la estación de Diagonal del metro) y ahora Provença será La Pedrera, porque Gaudí levantó la Pedrera a tocar de la estación.

Son astutos y han buscado un primer cambio que no parezca tener nada que ver con los planes de venta de los toponímicos de dominio público a los intereses publicitarios de una empresa. Nadie sospechará nada si comienzo suavecito y diciendo que así atraeré a los turistas. Pero el neoliberalismo es a la estética lo mismo que a la ética y he aquí el horror, el rastro hortera y cursi que el cambio de nombre ha ocasionado en la estación de Provença

Es posible que no estén de acuerdo conmigo, qué le vamos a hacer. Pero me da que éste es un síntoma más, evidentísimo, de la decadencia de la sociedad en que me ha tocado vivir.

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