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Una (burda) manipulación histórica


Un amigo y lector de El cuaderno de Luis me ha llamado la atención sobre lo que llama una manipulación de la historia. Una burda manipulación, insiste. Observen las dos imágenes que aparecen a continuación.

Arriba, Wikipedia.
Abajo, Generalidad de Cataluña.
En los dos casos, el grabado explica un suceso histórico, pero dibuja un escenario contemporáneo.

Son dos imágenes de un mismo grabado. Las dos imágenes aparecen publicadas en sitios públicos de internet. Las dos aparecen incompletas, porque falta el texto del pie del grabado original, una leyenda en francés que habla sobre Barcelona. En una de las dos se secciona un pedazo de cielo, donde aparece una cinta donde se lee Barcelone.

El grabado superior se adjunta en la entrada de Wikipedia que habla sobre la historia de Barcelona. Los buques de línea que se lían a cañonazos con unas galeras son holandeses. Se asegura que el grabado proviene del libro de Josep L. Roig Historia de Barcelona, Ed. Primera Plana S.A., Barcelona (1995), ISBN 84-8130-039-X. A decir del sitio, es un grabado francés del siglo XVIII, de autor desconocido, que representa el puerto de Barcelona. Véanlo en:


El grabado inferior aparece en el sitio web de la Generalidad de Cataluña para anunciar una exposición del Centro Cultural Blanquerna en Madrid. La imagen aparece huérfana de referencias y no tiene pie de imagen, pero anuncia la exposición 1714. Memoria gráfica de una guerra. Los buques holandeses ahora son... ¡Caramba! ¡Parece que ya no son holandeses! ¡Llevan una bandera que parece española! Qué raro. Puede verse en www.ccblanquerna.cat, pero la imagen es más grande en la nota de prensa que anuncia la exposición, que será:


No cabe duda: los colores han sido manipulados y falsificados por la Generalidad de Cataluña. Quizá no haya para tanto y han pillado una imagen en internet sin verificar las fuentes, pero maldita la gracia, ¡para anunciar una exposición histórica y cultural! Lo primero es posible y sucio. Lo segundo es posible y gilipollesco. También es posible que alguien haya querido manipular un testimonio histórico sin documentarse, lo que sería a la vez sucio y gilipollesco. En fin, que sea lo que fuere, tiene poca justificación.

Ahora verán por qué digo lo que digo.

A la derecha de la ilustración aparece la Ciudadela, una fortificación que se edificó entre 1716 y 1718. No aparece el barrio de la Barceloneta, que comenzó a levantarse en 1753, ni la prolongación del Dique del Este, ni la Torre de la Linterna, pues todavía se puede ver, en primer plano, el antiguo faro, del siglo XVI, si no me equivoco. La imagen del anónimo grabador francés es anterior a 1750, quédense con la fecha.

El puerto de Barcelona en 1746. Esta vez no andan a cañonazos.
Observen el parecido con los grabados anteriores.

Vamos a los colores. Las banderas de guerra españolas de aquel entonces eran blancas con la cruz de Borgoña en rojo, o azules con la cruz de Borgoña en blanco como pabellón mercante. Felipe V ordenó a la Armada ondear banderas blancas con las armas del rey. Nada de banderas a franjas encarnadas y amarillas, o de cualquier otro color. Fue en 1785 cuando el rey Carlos III, inspirándose en la bandera de la Corona de Aragón, ordenó que los buques de la Armada llevaran todos la bandera encarnada y amarilla, que luego sería escogida como bandera española por las Cortes de Cádiz, en el siglo XIX.

Otro detalle a tener en cuenta. Las franjas de la bandera española tienen ancho diferente. El ancho de la franja amarilla suma la anchura de las dos franjas encarnadas. En cambio, las tres franjas de la bandera holandesa son igualmente anchas. Vuelvan a observar las banderas coloreadas en una y otra versión del grabado.

Quien haya pintado las banderas con el rojo y el amarillo, ha metido la pata hasta el fondo.


Dos planos de Barcelona. El de arriba, de 1706. El de abajo, posterior a 1753.
Observen el impacto en el paisaje de la Ciudadela, el comienzo de la urbanización de la Barceloneta y la prolongación del dique del puerto. Estos dos últimos detalles no aparecen en el grabado anónimo francés (aunque parece que se hayan iniciado las obras en el dique, por la acumulación de maderos).

Mi amigo y lector de El cuaderno de Luis también manifiesta desconfianza ante el anacronismo de representar una batalla naval de la Guerra de Sucesión con la Ciudadela al fondo. Sí, es un anacronismo evidente. Además, fíjense en las personas que pasean por el dique, tan tranquilas y metidas en sus cosas, y en los barquitos que faenan a la derecha del grabado, que parecen ajenos a la batalla. 

Aunque aparecen los holandeses dándose de cañonazos con las galeras de los imperiales, se trata de un adorno. Era la costumbre de aquel entonces la de pintar la ciudad contemporánea y adornarla con algún suceso de su historia reciente. En este caso, la intervención de la flota aliada en abril de 1706.

Otra opción sería la representación del fracasado intento de capturar Barcelona en 1704, entonces una ciudad fiel al rey Felipe V, hasta que fue sitiada, bombardeada y se rindió a los austracistas en agosto de 1705. A falta del texto original en francés, opto por el llamado Relevo de Barcelona, en 1706.

Lo dicho, supongo (quizá me equivoque) que es la misma escena bélica, pintada entre 1705 y 1730 por un artista llamado Vale, titulada Barcelona Releiv'd by Sir John Leake Vice Admirall of the White and Commander in Chief of ye Confederate Fleet April ye 27th Anno 1706. Aunque, en este caso, el cuadro se centra más en la cuestión bélica y naval. Barcelona apenas se reconoce. En el grabado francés, lo que importa es la imagen de la ciudad y los cañonazos son apenas un adorno.


Arriba, el cuadro al completo. Abajo, un detalle, donde pueden contemplarse a discreción los buques de guerra holandeses y su bandera tricolor, burdamente manipulada al colorear el grabado anónimo francés.

Véase en;

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