Expansión del virus por África, Asia, Oceanía y Europa. Faltan las Américas.
No es ninguna broma, aunque lo parezca. El chikungunya es una enfermedad que fue descubierta en Tanzania, en 1952, y descrita poco después. El nombre ha prestado a muchas confusiones. De hecho, se ha traducido como la enfermedad del pollo de Guinea, de la Guayana o simplemente, como la enfermedad del pollo gunya, que váyanse a saber qué pollo es, por eso del inglés, que en vez de pollo escribe chicken y entre eso y chikungunya imaginen el resto. Lo cierto es que la traducción correcta sería la enfermedad del hombre que se retuerce (de dolor), y es una palabra de un idioma de la lengua bantú.
El hombre que se retuerce... Porque también se la conoce como artritis epidémica, por el daño que hace en las articulaciones. Es un virus, un alfavirus, y no existe un tratamiento específico contra la enfermedad, ni una vacuna. Uno tiene que limitarse a aliviar los síntomas como puede, beber muchos líquidos y reposar. La enfermedad la transmite el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) y ¡atención! el mosquito tigre (Aedes albopictus). Este último, el mosquito tigre, hace ya unos años que se ha instalado en Cataluña (también en otras partes de España y Europa).
El virus fue identificado en África en los años cincuenta y hoy es una enfermedad endémica en el continente negro. En 2007 se declaró una epidemia en Rávena, Italia, con más de 160 enfermos. En 2010, se detectaron dos casos (atención) no importados en Francia y el primer caso en España (en La Rioja). Mientras, se iba extendiendo por las Américas y el sur de Asia. En abril de 2014 se declaró una epidemia en Centroamérica y el Caribe, con 53.000 casos en la República Dominicana. Etcétera.
Es una más de la larga lista de enfermedades que está propagando la manía de viajar alrededor del mundo y el cambio climático. Las mercancías y las personas traen y llevan microbios de aquí para allá y las condiciones climáticas ahora son más favorables que hace unos años a la propagación de patógenos y portadores de patógenos. Es la que nos espera.
El chikungunya no es una enfermedad de declaración obligatoria en España a día de hoy, aunque se ha declarado una alerta epidemiológica en Cataluña, ¡ahí es nada! Por ahora, dicen los expertos, es una enfermedad importada. Es decir, la traen consigo viajeros que han estado (en este caso) en el Caribe. Pero no sabemos cuantos casos de chikungunya hay o ha habido realmente en Cataluña (no es enfermedad de declaración obligatoria y no hay registros) y lo peor del caso es que el mosquito tigre anda suelto. No es por causar el pánico, pero los expertos dicen que el asunto irá a más, lo mismo que los recortes en sanidad pública. ¡Mal asunto!
Se trabaja en una vacuna para luchar contra el virus, hace ya tiempo.
En el servicio de Medicina Tropical del Hospital Clínic de Barcelona (centro de referencia en esta clase de males) han detectado once casos el último mes. Comparados con los ocho que habían detectado los últimos cinco años... O quizá era al revés, once y ocho. ¡Da lo mismo! Se han multiplicado los casos. Por ahora, dicen sus médicos, se trata de enfermos que pillaron el mal en Latinoamérica, no en casa. Pero basta que un mosquito tigre con mala idea... En fin, hagan cuentas.
La enfermedad provoca una fiebre alta, fuertes dolores articulares, un malestar general y erupciones cutáneas. De ahí que se asocie con la artritis. Estos síntomas aparecen de cuatro a doce días después del picotazo de un mosquito infectado. No es una enfermedad mortífera, pero sí muy molesta. La fase aguda (fiebres, dolores de cabeza, malestar) dura unos cinco días, pero las articulaciones pueden doler días, semanas, ¡incluso meses! Las víctimas del chikungunya de estos últimos días viven en Barcelona, Tarragona y sus alrededores, en el Vallès Occidental, el Maresme o La Selva, comarcas éstas al norte de Barcelona.
Si se ven afectados por este mal, acudan al médico. Antes, si pueden, maten al mosquito.
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