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Señores, no se dejen la faja



Muchos bailes de la rúa de San Bartolomé llevan a cabo esfuerzos considerables. Piensen en las personas que acarrean gigantes, bestias o cabezudos, en los que bailan a bastonazos, en los que tocan el tambor sin parar... En estos casos, la faja al cinto, bien prieta, es un auxilio sin el cual sería imposible ejecutar cualquiera de estas labores.

En la imagen, un portador de gigantes se enrolla la faja, bien prieta y firme, para sujetar barriga y riñones en su sitio y no partirse el lomo. Es un espectáculo ver cómo se ciñe esta ropa alrededor del cuerpo y es un buen consejo no dejarla en casa.

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