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Los premios Ig Nobel de 2014 (y II)


Hemos visto parte de los premios Ig Nobel de 2014 y queda una sorpresa para el final. Si los premios que ya han leído les han sorprendido, agárrense, que vienen curvas y no son pocas.

Premio Ig Nobel de Arte.

A Marina de Tommaso, Michele Sardaro y Paolo Livrea, italianos, por medir la diferencia entre el daño que sufre una persona al serle quemada la mano por un potente haz de rayos láser cuando mira una bella pintura o cuando mira una pintura más bien fea. No es que le achicharren la mano, sólo es una quemadita. Eso dicen.

Mientras se entretiene mirando, zas, van y le chamuscan la mano.

Se trata de comprobar que, en efecto, uno nota menos dolor cuando se enfrenta a una bella obra de arte que cuando se enfrenta a un adefesio. ¿Por qué? Los científicos han analizado las respuestas de diferentes áreas del cerebro a estos estímulos visuales y dolosos y han comprobado que las reacciones ante la beldad o la fealdad activan diferentes zonas del córtex y que entonces también difiere la percepción del dolor, que comparte algunas de ellas. Es lo que me ha parecido entender. 

Es decir, los que se quedan embobados ante la belleza de una obra de arte tardan en notar que algún gracioso les está quemando la mano (o robando la cartera).

No queda clara si esta correlación es más acusada en personas cultivadas que en personas incultas o si los amantes del arte clásico se emboban más o menos que los del arte contemporáneo, por poner un ejemplo. ¡Se abren muchas vías de investigación!

Ref.: Aesthetic value of paintings affects pain thresholds; Marina de Tommaso, Michele Sardaro y Paolo Livrea; Consciousness and Cognition, vol. 17, no. 4, 2008, pp. 1152-1162.

Ig Nobel de Economía.

De nuevo a Italia. Esta vez al Instituto Nacional de Estadística del Gobierno de la República Italiana, por ser los primeros en toda la Unión Europea en cumplir el mandato que les obliga a incrementar el tamaño oficial de su economía considerando los beneficios de la prostitución, la venta de drogas ilegales, la extorsión y un largo etcétera de transacciones entre particulares (sic) que no habían sido contempladas hasta el momento a la hora de calcular el PIB.

Algunas transacciones entre particulares se han incorporado a la medida del PIB.
En la imagen, agentes económicos incrementando la riqueza nacional.

Aunque suene raro, lo más correcto es considerar que los negocios ilícitos también afectan al curso de nuestra economía, pues alteran el precio de las cosas, hacen aumentar o disminuir el dinero en circulación, ocultan un volumen de capitales considerable, etcétera, qué les voy a contar. 

España ha perdido este premio Ig Nobel de Economía por pocos días, lástima, porque ahora también admite las actividades delictivas en el cálculo del PIB. 

Se adjuntan dos referencias, una italiana y otra europea.

Cambia il Sistema europeo dei conti nazionali e regionali - Sec2010; ISTAT, 2014.

European System of National and Regional Accounts (ESA 2010); Luxembourg, Publications Office of the European Union, 2013.

Premio Ig Nobel de Medicina.

A Ian Humphreys, Sonal Saraiya, Walter Belenky y James Dworkin, indios y estadounidenses, por tratar las hemorragias nasales incontenibles mediante la introducción en cada fosa nasal de un buen trozo de bacon o jamón curado.

Panceta farmacológica de cerdo ibérico. Aplicación nasal.

En particular, se describe un tratamiento para la trombobastenia de Glanzmann, una enfermedad muy peligrosa, puesto que la hemorragia es realmente incontrolable y puede llegar a ser muy grave. Normalmente se trata con medicamentos específicos y transfusiones de sangre en casos extremos. Existe un método quirúrgico para aliviar este mal.

La idea de llenarse las narices de jamón curado se le ocurrió a un niño de cuatro años, que se aplicó a sí mismo el remedio al menos dos veces, en circunstancias especiales (sic). La criatura comenzó a sangrar y lo único que tuvo a mano fue el bacon para el desayuno. Lo enrolló, se lo metió en las narices y la carne curada y salada obró maravillas, cortando la hemorragia en un pispás, de modo efectivo y sin secuelas visibles incluso tres días después del tratamiento, para maravilla del personal.

Los médicos aseguran que es la primera vez que se describe este tratamiento para cortar las hemorragias nasales provocadas por la trombobastenia de Glanzmann.

Nasal Packing With Strips of Cured Pork as Treatment for Uncontrollable Epistaxis in a Patient with Glanzmann Thrombasthenia; Ian Humphreys, Sonal Saraiya, Walter Belenky y James Dworkin; Annals of Otology, Rhinology and Laryngology, vol. 120, no. 11, November 2011, pp. 732-36.

Premio Ig Nobel de Ciencias del Ártico.

A Eigil Reimers y Sindre Eftestøl, artífices de una colaboración científica entre Noruega, Alemania, los Estados Unidos y Canadá, por mostrar cómo actuan los renos cuando ven a seres humanos disfrazados de osos polares.

Al parecer, la interacción (sic) entre el reno de Svalbard (Rangifer tarandus platyrhynchus) y los osos polares (Ursus maritimus) son cada vez más frecuentes por culpa del deshielo del Ártico y los renos se van acostumbrando a ver osos en tierra firme. El trabajo en el archipiélago de Edgeøya había medido el tiempo que tardan los renos que ahí viven en ponerse alertas y salir corriendo a la vista de un oso, que ya no es el que era. 

Así se disfrazaron de osos polares.
Tendría que haber un premio Ig Nobel de Disfrazología.

Por eso no se les ocurrió nada mejor a los investigadores que disfrazarse de osos, porque descubrieron (y como verán, han publicado) que disfrazados de osos podían acercarse hasta casi tres veces más que vestidos de personas normales. Repitieron el experimento al menos cinco veces ¡y cuánto nos gustaría ver la película!


Según ha podido saber El cuaderno de Luis, la Academia de Ciencias de Moscú está interesada en ampliar el estudio de Reimers y Eftestøl estudiando la interacción (sic) entre personas disfrazadas de osos polares y la Milicia de Moscú (la Guardia Urbana, para entendernos). Los primeros avances del experimento prometen. 

Ref.: Response Behaviors of Svalbard Reindeer towards Humans and Humans Disguised as Polar Bears on Edgeøya; Eigil Reimers y Sindre Eftestøl; Arctic, Antarctic, and Alpine Research, vol. 44, no. 4, 2012, pp. 483-9.

Y finalmente, la sorpresa. ¡¡¡Hemos ganado un premio!!! 

Porque es nuestro el...

Premio Ig Nobel de Nutrición.

A Raquel Rubio, Anna Jofré, Belén Martín, Teresa Aymerich y Margarita Garriga, por su estudio sobre la fermentación del fuet con bacterias procedentes de la caca de un bebé. Como les cuento, pero con palabras más altisonantes.

El fuet (una palabra que en catalán significa fusta o látigo) es una longaniza hecha de carne de cerdo picada y adobada que se deja reposar y fermentar hasta que ha perdido una parte significativa de la humedad que contenía y puede comerse sin morirse uno. 

Nada más saberse la noticia, Su Majestad Felipe VI acudió deprisa y corriendo a las instalaciones del IRTA en Monells para felicitar al equipo científico y llevarse a casa unas morcillas.

Las científicas premiadas con un fuet (a la izquierda), la maqueta de un bebé (a la derecha) y el mercado potencial del fuet probiótico (en el centro).

Las científicas mencionadas han prestado especial atención a la fermentación del fuet y han buscado entre las cacas de un bebé (las heces de un infante, dice su artículo) bacterias que puedan iniciar o potenciar los cultivos de bacterias que hacen del fuet un fuet (o una salchicha fermentada, como la llaman en inglés, para que nos entiendan). Así sale un fuet probiótico con bacterias de recién nacidos (sic), como pueden leer aquí mismo:

Las cinco autoras del estudio trabajan en el programa de Seguridad Alimentaria del IRTA en Monells, Gerona. El IRTA es el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de la Generalidad de Cataluña (la erre de IRTA es porque investigación es recerca, en catalán). Bajo la batuta de la doctora Garriga, bajo el paraguas del proyecto Productos cárnicos fermentado-curados funcionales y seguros. Nueva vía de ingestión de probióticos del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), han conseguido aislar varias cepas de bacterias del ácido láctico potencialmente probióticas a partir de heces de neonatos sanos. De la caca de bebés, repito, para que se me entienda.

Todo a punto para la fabricación en serie de los fuets probióticos.

No ha sido fácil. Porque han encontrado como 109 bacterias de todo tipo y sólo les ha interesado al final un lacticobacillus rhamnosus CTC1679, que váyanse a saber cómo es o qué color tiene. La nota de prensa publicada por el IRTA (antes de recibir el premio Ig Nobel) asegura que se ha podido obtener (cito) un fuet potencialmente probiótico reducido en sal y grasa, con unas características sensoriales similares a las del producto tradicional. Olé.

Este gran avance científico en la fermetación del fuet tiene su intríngulis y una razón de ser, pues la ingesta de fuet podría sustituir la ingesta de productos lácticos para conseguir los probióticos que se consideran saludables en la alimentación de una persona. Las personas con poca tolerancia a la lactosa podrían darle al fuet y con que se coman diez gramos al día, solucionados todos sus problemas. ¡Fabuloso!

En la campaña publicitaria se anunciará: ¡Este fuet es la leche! Pero se ha descartado incluir la foto de ningún niño comiendo fuet.

Pese a todo, los recortes amenazan al IRTA.
¿Cuándo aprenderán nuestras autoridades?

Como los recortes no dan para mucho y menos para viajes, el equipo de catalanas premiadas con el Ig Nobel de Nutrición tuvieron que conformarse con enviar un vídeo por correo electrónico agradeciendo el premio. ¡Bravo por ellas! ¡Bravo! 

¡Y que aprendan las autoridades! Sólo en el extranjero son capaces de reconocer el mucho trabajo y el mucho mérito de nuestras mal pagadas científicas. ¡Qué mal hacen ustedes recortando y privatizando estas cosas, pardiez!

Ref.: Characterization of Lactic Acid Bacteria Isolated from Infant Faeces as Potential Probiotic Starter Cultures for Fermented Sausages; Raquel Rubio, Anna Jofré, Belén Martín, Teresa Aymerich y Margarita Garriga; Food Microbiology, vol. 38, 2014, pp. 303-311.

Y ya está. 

Para más información sobre los ganadores de los premios Ig Nobel:

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