La semana iba cargada de rumores y sospechas. Vettel deja Red Bull y se dice que Alonso podría dejar Ferrari. Quizá Vettel entre en Ferrari y Alonso, quién sabe. Ahora mismo, Ferrari no tiene un buen coche y tardará en tenerlo. Que Alonso pueda irse con el viento a otra parte no es una buena noticia para los ferraristas, qué le vamos a hacer.
La carrera, peor. Hacía 81 grandes premios que Ferrari no puntuaba. Alonso ha sufrido un cortocircuito en algún chip de su bólido y ¡adiós! En la cuarta vuelta. Raikkonen ha acabado duodécimo, a pocas vueltas del final. Porque la carrera se ha suspendido por culpa de un grave accidente.
Llovía a mares y un tifón acariciaba el circuito. El coche de Sutil resbaló en la curva 7 e incontrolable se estrelló contra la barrera de neumáticos. Salió la grúa a buscarlo, pero no se sacó el coche de seguridad a la pista. Una vuelta después, en la misma curva, Bianchi sufre la misma suerte que Sutil: su coche patina y se va, pero choca contra la grúa. Mal asunto.
Escribo esto con Bianchi todavía en cuidados intensivos. Por ahora sabemos muy poco. Le han operado de urgencia para aliviar la presión de un hematoma intercraneal y su estado es crítico. Ojalá le vaya bien.
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