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De lo sublime



¿Qué sabemos de Longino? Que leía mucho y bien, poco más y nada menos que eso. Escribía en griego, quizá fuera maestro de retórica, es posible que se llamara Dionisio Longino, porque el manuscrito de un copista medieval dice de él en la portada que se llamaba Dionysius o Longinus, pero ¿quién sabe? Parece que vivió en el siglo I dC, pero hay quien sostiene que pudo haber nacido antes. Sólo sobrevive un texto de Longino, De lo sublime, que traducido por Eduardo Gil Bera ha publicado Acantilado en junio de 2014.

Es un librito apenas, y no está completo, pero pasa por ser uno de los más influyentes en la historia de la literatura occidental. Sin embargo, su influencia fue tardía. Pasó la Edad Media sin pena ni gloria y el Renacimiento lo (re)descubrió poco antes del Barroco. A partir del siglo XVII, no hay debate sobre Arte en el que no se mencione el texto de Longino. Es leído y criticado por los ilustrados, los románticos, los racionalistas... y sigue siendo leído y criticado hoy mismo.

Dicho esto, cabe señalar que De lo sublime está escrito de modo claro y sencillo, como corresponde a la buena literatura clásica. A poco que uno sea aficionado a los libros, al Arte, a la estética, agradecerá las reflexiones de Longino. Es un texto breve y sobresaliente, que merece ser leído con cariño.

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