Éste es el artículo, firmado, como los anteriores, por Víctor Mondelo y Javier Oms:
El señor don Josep Maria Calmet, cónsul honorario de Albania.
Fue contratado por doña Maite Masià con 70 años para trabajar en el Instituto Catalán de Energía entre 2011 y 2013. Él mismo ha reconocido que su trabajo no era útil.
Doña Maite despidió, mientras tanto, al 20% de la plantilla.
Los periodistas afirman que han hablado con el señor Calmet y que éste ha dicho que llegó al Instituto Catalán de Energía porque así lo ordenó el entonces consejero de Empresa y Ocupación, el señor Mena, de memorable tupé. El consejero, dice el señor Calmet, le pidió que ocupara ese trabajo basandose en (cito) cuestiones meramente profesionales.
Pero ¿quién es el señor Calmet? Había sido presidente de Petrolis de Catalunya, PETROCAT, una empresa pública, cuando el famoso Prenafeta dejó la presidencia (obligado por las circunstancias y los casinos). Mantuvo el cargo hasta 2004. Además había sido director general de la Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas de la Generalidad de Cataluña y vicepresidente de la Diputación de Barcelona por CiU, dos bicocas.
En suma, un alto cargo de CiU y además (eso dicen) un amigo personal de don Jordi Pujol, el de Banca Catalana, el evasor confeso y paterfamilias de su señora y seis hijos imputados. Todos esos méritos más que suficientes para sospechar que el contrato de un trabajador de 70 años (sic) por 51.000 euros al año se debía más a un favor que a cuestiones meramente profesionales.
Albania, patria querida,
Albania de mis amores,
¡Quién estuviera en Albania
en todas las ocasiones!
Queda meridianamente claro de qué estamos hablando.
No queda ahí la cosa. De nuevo sin concurso público, doña Maite adjudicó a dedo cinco contratos por valor de 185.000 euros a NOVATEC, una consultoría, unos a nombre del señor Beleta (antiguo jefe y amigo de doña Maite) y otros a nombre del señor Gallardo (socio del señor Beleta).
La actual directora del Instituto Catalán de Energía echa pelotas fuera. Dice que todos estos contratos fueron aprobados por el Consejo de Administración. ¡Por favor! ¡Todos sabemos cómo funcionan esos consejos de administración! Sin ir más lejos, los periódicos publicaron no hace mucho que doña Maite cobraba dietas por asistir a esas reuniones, que se celebraban... en su propio despacho. ¡Brava! Supongo que esa costumbre se habrá erradicado, pero veo que sigue vigente la de echar la culpa a los demás.
Etcétera. Un comenzar y no parar.
El señor de Alfonso escogió a la directora adjunta.
Él sabrá por qué, pero no parece que haya sido una buena idea.
Ahora mismo, toda su gestión queda bajo sospecha.
Por lo tanto, no queremos que dimita. Queremos que acuda al Parlamento de Cataluña, se justifique delante de una comisión parlamentaria y acto seguido sea cesada, de manera fulminante, mientras la fiscalía abre una investigación sobre el caso, por si hubiera delito en todo ello. Porque así se tratan estos casos en los países civilizados.
Mientras tanto, me permito recordar que todo esto ya había sido publicado en El cuaderno de Luis. Por ejemplo:
En marzo de 2013, El caso de la muy amiga del amigo del primo de Zumosol y el cónsul honorario de Albania.
En mayo de 2013, El amigo de la muy amiga de un amigo del primo de Zumosol, reelegido.
Etc.
¿Con qué nuevas noticias despertaremos mañana?
¿Con qué nuevas noticias despertaremos mañana?
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