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Porno para mamás, merchandising y baby boom



Corre un chiste por ahí que dice que en octubre comenzarán a llenarse las salas de Maternidad. La razón, continúa diciendo, es que coinciden este sábado el día de San Valentín, Carnaval y el estreno de Cincuenta (o 50) sombras de Grey, la película. 

Dicen los chistosos que esa acumulación de eventos será más que suficiente para incrementar el fornicio intempestivo y fogoso, sin las debidas precauciones, lo que traerá sus consecuencias. Ya saben: niños. Pero permítanme ser aguafiestas, porque, por la misma razón se beneficiarán las enfermedades venéreas, pero esto ¡no se menciona!

He conseguido aguar la gracia del chiste mentando la bicha y eso nos permite hablar ahora en serio, aunque les vaya a parecer que no. Diarios de normal aburridos como The Financial Times, Fortune o The Economist también analizan la coincidencia de San Valentín y 50 sombras de Grey. Piensen lo que quieran de una cosa y la otra, pero no podrán negarme que estamos frente a un negocio, y en eso se fijan los periodistas que digo. 

Hay una cosa que se llama merchandaisin (se pronuncia merchadising), que consiste en vender cosas relacionadas con una marca, un libro, una película... Por ejemplo, vasos donde ponga Coca-Cola, camisetas con el scudetto de Ferrari y cosas por el estilo. La película Star Wars marcó un antes y un después en el merchandaisin, pero 50 sombras de Grey también podrá hacer historia, a decir de los articulistas mencionados.


Sostienen que el negocio de ropa interior sofisticada se disparará en los próximos meses. Puntillas, tangas de leopardo, braguitas de colorines, sujetadores y fajas old-fashion y un qué sé yo de ropa interior poco convencional incrementarán significativamente sus ventas, dicen. También se frotan las manos los fabricantes de fustas, látigos, antifaces, máscaras, esposas, collares de perro y demás instrumentos que suelen emplearse en las tormentosas relaciones que narran los libros y ahora, la película. En total, hablamos de ¡muchos millones de dólares!

Aunque 50 sombras de Grey es calificada despectivamente como porno para mamás, se considera una mala novela (de hecho, un bodrio) y ya no les digo qué piensa el feminismo del cuento, aunque, como iba diciendo, podamos hablar mucho y mal tanto de la novela como de la película, con sobradas razones para ello, nos enfrentamos a un fenómeno que ha puesto patas arriba el mundillo editorial y muchas cosas más. 

Cualquier escritor vendería su alma al diablo por haber sido el autor del libro, que el reconocimiento de la posteridad no da para comer, pero millones de libros vendidos al año dan para mucho. Todas las editoriales que conozco se mueren de envidia y se preguntan por qué no publicaron ellas 50 sombras de Grey. Millones y millones de lectoras pasan por encima de cualquier crítica que pudiéramos hacerle al libro y se manifiestan felicísimas y encantadas. ¡Estamos ante un fenómeno de masas! Además, esas lectoras tan satisfechas han cambiado sus hábitos (de lectura).


La novela romántica siempre ha sido la más vendida, pero no se decía y sus lectoras, además, procuraban disimular su afición. Eso, antes. Ahora ya no es así. En las librerías, la que fuera sección de novela romántica (50 sombras de Grey es un novelón romántico de los de toda la vida) ahora se llama romántica-erótica, que queda más guay. Si antes los novelones románticos se guardaban en la última estantería y uno (una) tenía que ir a buscarlos casi de escondidas, ahora se exhiben en las mesas de la entrada. Simplemente, venden, venden y no dejan de vender, y ya no hay que pasar vergüenza al comprarlos. 

Ésa ha sido la revolución de 50 sombras de Grey. Ya no hace falta forrar el libro para ocultar la portada. Ahora, hasta se presume de moderna y sofisticada por leer esas cosas. La rodeó con sus musculosos brazos y le ofreció sus trémulos labios ya no son tópicos ninguneados, sino garantías de éxito. Atención, pues, escritores. Aprieten los dientes, cierren los ojos y escriban, al dictado, la rodeó con sus musculosos brazos al menos cien veces. Es una forma como cualquier otra de romper el hielo.

En éstas ¡sólo faltaba la película! Y si hemos dicho que el negocio de los fabricantes de ropa interior y artículos de cuero se incrementará apreciablemente los próximos meses, ahora tenemos que añadir que el merchandaisin de la película (y del libro) 50 sombras de Grey es y será apabullante. El desembarco de Normandía del merchandaisin y la publicidad. Se venden kits de sadomasoquismo suavecito con autorización de la autora, efectos de maquillaje, corbatas, llaveros, camisetas... ¡Vino! ¡Ositos de peluche! Cualquier cosa que puedan imaginarse relacionada con la película o con el libro. Todo está a la venta, y se vende como rosquillas.


Este San Valentín, cuando el chico esgrima la fusta y diga Ahora vas a ver lo que es bueno, la chica dirá Oh, qué ilusión, justo lo que quería y no el canónico ¿Adónde vas con eso? Y para los que prefieren Sant Jordi (San Jorge) a San Valentín, cuidado: este año se llevarán las rosas con pinchos. Ya están avisados.

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