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Erri de Luca y "La palabra contraria"


Una polémica judicial y un éxito editorial.
De fondo, derechos fundamentales y dilemas morales.
¡No está mal!

Para que puedan hacerse a la idea del caso, vamos a relatarlo. Simplificaremos. Los detalles siempre podrán encontrarlos en alguna parte. 

Imagínense un valle en un país de alta montaña, bello, agreste, prácticamente intacto. De repente, anuncian que un tren de alta velocidad atravesará el valle. El interior de las montañas está lleno de amianto y el polvo de amianto es cancerígeno. Temiendo el destrozo sobre el medio y el paisaje y el peligro para la salud de las personas, los habitantes del valle protestan, acuden a los tribunales. Pero la clase política es corrupta y no les cuento si hay por en medio obra pública. Los tribunales son lentos, están politizados. La causa contra la empresa que pretende agujerear la montaña se eterniza y pierde. 

Las protestas contra la línea de alta velocidad se suceden.
De fondo, una gran desconfianza por una clase política corrupta y cínica.

Entonces, un escritor de mucho prestigio, que había militado en las filas de la extrema izquierda (incluso en grupos violentos) siendo joven, alza la voz y afirma que en estos casos lo único que le queda al pueblo para defender lo que es justo es el sabotaje. Alaba las cizallas, que, dice, van la mar de bien para cortar los alambres que protegen las instalaciones de la obra. La frase exacta es: La Tav va sabotata. Le cesoie sono utili perché servono a tagliare le reti, en italiano, en versión original.

La entrevista dará la vuelta al mundo. La dará porque la empresa que excava la montaña, francesa, le planta una denuncia por incitación a la violencia. Envía al escritor a los tribunales y pide para él ¡cinco años de prisión! Se monta la de Dios es Cristo y por eso la entrevista dará la vuelta al mundo. El escritor es Erri de Luca y la empresa francesa, Lyon Torino Ferrovie (una unión de empresas que construye la línea de alta velocidad entre Lión y Turín).

Comienza el lío. La mayoría de los intelectuales italianos hablan callandito o no dicen nada. Berlusconi anda detrás del mundo editorial y está trapicheando con las acciones de varias empresas. Si tiene éxito, el 40% de la producción editorial italiana caerá en sus manos y no es ahora el momento de jugar con quien te dará de comer. El proyecto ferroviario mueve mucho dinero. Erri de Luca, en fin, es incómodo. Pero también surgen voces a favor del escritor, dentro y (especialmente) fuera de Italia. 



La edición italiana (Feltrinelli) y la española (Seix Barral).
La italiana, con una gran portada.
La española, con ganas de llamar la atención (lo consigue).

Si mi opinión es un delito, no voy a dejar de cometerlo, dirá Erri de Luca. Escribe un alegato a favor de su derecho a la libertad de expresión, que publicará Feltrinelli en Italia (La parola contraria) y Seix Barral en España (La palabra contraria). Su discurso de la defensa es un éxito editorial, pero él, como el juicio es a puerta cerrada, no se presenta en los tribunales (está en su derecho). 

Copio la opinión de un prestigioso jurista italiano, y traduzco. Gaetano Azzariti afirma lo siguiente: Según la jurisprudencia, tanto la ordinaria (como, por ejemplo, la Casación n. 40552 de 2009) como la constitucional (véase la sentencia n. 65 de 1970), no basta con que la instigación sea formulada, porque en este caso sería una legítima manifestación del pensamiento, sino que será determinante que ésa, en su manifestación, resulte haber sido concretamente idónea para provocar la violación de las normas penales y la comisión del delito. Esto quiere decir que tiene que ser demostrada la conexión directa entre las palabras pronunciadas y las acciones criminales consecuentes.

A juicio de ese jurista, pues, Erri de Luca pudo haber dicho una barbaridad (o no, va por gustos), pero no habría cometido ningún delito. LTF piensa de manera muy diferente y habla de terrorismo. ¡C...! Ésas son palabras mayores. Erri de Luca afirma que de terrorismo, nada. Sólo (¡sólo!) propone el sabotaje como el único y último recurso de los ciudadanos indefensos ante el abuso del poder. Esto ¿puede decirse? Si se dice, ¿hasta qué punto es condenable? Si se condena, ¿con cinco años de cárcel?

El debate está servido. Porque está en juego la libertad de expresión, que es la suprema libertad en una sociedad abierta, fundamento de la democracia. Porque el asunto es polémico y se mezclan negocios, política y derechos fundamentales. 

Erri de Luca ha desatado una gran polémica.
Ha quedado la frase de la libertad culpable para definir su postura.

Algunos de ustedes defenderán que Erri de Luca no puede emplear su voz para alentar a cometer delitos. Es una postura razonable. Algunos otros, en cambio, sostendrán que en este caso puede y está en su derecho de decir lo que piensa. Es cierto, es así. 

Unos dirán que Erri de Luca es un personaje descerebrado que sólo busca llamar la atención y otros, un ciudadano que defiende una causa que cree justa contra viento y marea. Quizá un poco de todo, dirá un tercero. Habrá quien diga que la libertad de expresión tiene que limitarse, pero ¿quién la limitará? ¿Cuáles serán sus límites? Habrá quien diga que no puede limitarse, pero ¿nunca? Este derecho ¿no tiene límites?

Cuando se defendían los Derechos Civiles en los EE.UU. ¿no se incitaba continuamente a cometer faltas y delitos? ¿No era justo entonces incitar a desobedecer una ley injusta? ¿Puede compararse éste caso con aquél? ¿Hasta qué punto se puede o no se puede incitar a cometer un delito? ¡No es fácil responder!

Lo que yo piense no importa, porque quiero que piensen ustedes y lleguen a sus propias conclusiones. Si me preguntan, les diré que la prisión para Erri de Luca me parece una barbaridad. También les diré que la libertad de expresión mejor cuanto más libre, aunque hay veces... Pero pueden pensar lo que quieran, mientras lo hagan crítica y razonablemente. Hay argumentos para todos los gustos.

En cualquier caso, busquen La palabra contraria que publica Seix Barral y échenle un vistazo. Prescindan de la portada, disfruten del verbo de Erri de Luca (que escribe muy bien). El panfleto se lee en un pispás. Les dará en qué pensar y pensar, digan lo que digan, es un ejercicio muy sano. Pero, por favor, que no piensen otros por ustedes, que entonces no vale.

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