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Mr. Holmes (el libro)


La edición de Roda Editorial.

Las reseñas que han caído en mis manos sobre Mr. Holmes, de Mitch Cullin, muestran cierto desconcierto, y me explicaré mejor. 

El título original de la obra de Cullin es A Slight Trick of the Mind y fue publicada en 2005. Diez años después está a punto de estrenarse una película que pinta muy bien, Mr. Holmes, y viendo la película que se acerca y la fama del personaje protagonista, Roca Editorial ha preferido titular la novela como la película, asegurando mayores ventas. Está en su derecho, es lícito y la verdad es que el título le queda muy bien, películas aparte. Por cierto, es una bella edición.

Una escena de la película, que no tardará en estrenarse.

Ese Holmes es ni más ni menos que Sherlock Holmes, y ya sabrán quién es. De ahí ese desconcierto que he mencionado. Porque Holmes es el más famoso asesor detective que ha parido madre y pluma de escritor y dejando a un lado los relatos canónicos de Conan Doyle, se cuentan por docenas los escritores que han escrito nuevas aventuras del personaje. De hecho, los sherlockholmianos se han empeñado en reconstruir una biografía del personaje que va mucho más allá de la que imaginó su creador, y la dan por hecha y bendita.

Conan Doyle dejó escrito que Holmes se retiró a un lugar apartado de Sussex para ejercer como apicultor y apenas abandona ese retiro un par de veces de la mano de su creador. Conan Doyle sitúa su último caso poco antes de la Gran Guerra, en un momento de emergencia nacional, donde acaba burlando a los alemanes, que querían hacerse con un plano de los últimos acorazados británicos. Pero los sherlockholmianos no se contentan con tan poca cosa y dan cuenta de Sherlock Holmes hasta que le obligan a cumplir 103 años (si no recuerdo mal), después de haber vivido una vida tranquila y relajada entre sus abejas y sus libros, de la que escapaba ocasionalmente y apenas. Cullin es fiel a esta tradición y nos muestra al personaje, Sherlock Holmes, en 1947, con noventa y pocos años, enfrentándose a la soledad, la decrepitud y la pérdida de memoria.

La novela ya se había publicado en español, con un título más fiel al original.

Ahí se muestran desconcertados algunos críticos y lectores, pues Mr. Holmes no es una novela de Sherlock Holmes ni gira alrededor de un caso (en verdad, de tres, en la novela), y resulta complicado decir que es una novela sobre Sherlock Holmes. Ni de ni sobre, aunque la figura del señor Holmes resulte imprescindible como referencia y punto de partida.

En medio de su desconcierto, algunos lectores se quejan de no encontrar lo que buscaban, un caso criminal, y alguno dice que Cullin ha escrito una novela lenta. Pero los más sinceros entre los sherlockholmianos han puesto la literatura en primer plano y han añadido inmediatamente que es una novela muy bien escrita, que busca (y encuentra) lo que persigue y que muestra el oficio de un gran autor. Algunos de éstos, que no todos, añaden que lo que acontece en Mr. Holmes podría acontecer sin necesidad de mencionar al apicultor de Sussex y empleando a cualquier otro anciano. El personaje, el mito que tenían en la cabeza no admite la decrepitud ni la debilidad, supongo.

Yo me confieso sherlockholmiano de la cabeza a los pies. Pero también he apreciado la belleza de la obra de Cullin y creo que no desmerece nada, nada en absoluto, que haya empleado al señor Holmes como protagonista. Al contrario, creo que es una reflexión alrededor del personaje más que brillante, aunque el resultado sea un relato (muy) bello y triste, desesperanzado, el de un hombre que deja de ser quien era y se da cuenta de lo que no ha sido. Como creo que ya he dicho, no es que perciba su decadencia física e intelectual, no. La cuestión es que cae en cuenta de sus propios sentimientos, que con tantos trabajos había ocultado en lo más profundo de su corazón, y ahora siente en lo más profundo de su ser no haberlos vivido.

No importa la investigación sobre la mujer de la armónica de cristal, el padre desaparecido de su anfitrión japonés o las aparentes intenciones homicidas de sus abejas, sino el viaje que hace Holmes para descubrirse a sí mismo en medio de su disolución, inevitable y próxima. 

Créanme, una gran novela. 

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