Las Flechas de Plata, echando chispas.
Ha sido un gran premio soso. Ha acabado con todos detrás del coche de seguridad, las dos últimas vueltas, sin que mediara un incidente grave (¡menos mal!), sino una avería en la recta de tribunas (¡vaya sitio donde reventar el motor!). Como no cabía el coche por la puerta (sic), han tenido que interrumpir la carrera mientras los mecánicos le quitaban el morro para ver si así, acortándolo...
Además, ha sido previsible: Mercedes Benz ha vuelto a imponerse (han acabado en primera y segunda posición). Cuentan (en voz baja) que la FIA comienza a preocuparse. Bah, siempre que alguien gana demasiado se preocupan, hacen cosas, cambian el reglamento y es entonces cuando alguien comienza a ganar demasiado de verdad y ¡de vuelta a preocuparse!
Sin embargo, hay más. Ferrari ha mejorado, ahora sí que puede decirse. Quizá no llegue del todo adonde los Mercedes, pero sí que está (o parece estar) por encima de los demás. Han acabado en tercera y cuarta posición. ¡No está mal! Segundos en el Campeonato de Pilotos (Vettel) y de Constructores, por ahora. Toro Rosso está sacando los colores a su hermano mayor (en cuanto a patrocinio), Red Bull. Con la mitad de presupuesto, dobla los resultados. McLaren ha mejorado infinitamente: hoy ha terminado la carrera en duodécima posición (Alonso). El otro McLaren se las ha tenido con un Lotus en una curva y se han ido los dos a la cuneta.
Este último dato, que al fin un McLaren (el de Alonso) acabe la carrera, mueve mucha tinta en los periódicos españoles, que tan fácilmente endiosan a alguien como lo arrastran por el fango. Que Alonso tiene un carácter (muy) difícil no es ningún secreto; que es un gran piloto, tampoco. Quizá no sea tan bueno escogiendo cuándo ir a tal o cual escudería, pero ésa es otra historia.
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