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Estrategia electoral


El pueblo de Madrid ejerciendo el derecho a voto.
Pero hablamos de otro pueblo.

Uno de los reporteros de El cuaderno de Luis me ha relatado la siguiente campaña electoral. 

En un pueblecito de la comarca de... se enfrentaban dos candidatos, el señor alcalde y el aspirante a sustituirlo. La campaña electoral fue reñida porque el candidato a sustituir al alcalde se mostró muy agresivo. Hasta tal punto comenzó a pinchar al alcalde que éste temió lo peor. Así que no se lo pensó dos veces y pasó casa por casa a pedir el voto para sí a todos y cada uno de los vecinos del pueblecito, en persona y sin intermediarios, presentándose en casa de uno con la papeleta en la mano y pidiendo por el señor de la casa para hablar con él.

El candidato a sustituirlo no esperaba una reacción así, tan enfática. Así que tampoco se lo pensó dos veces y corrió también él a llamar a todas las puertas para pedir el voto vecino a vecino, sin dejarse uno. 

Tantas visitas seguidas fueron comentadas en voz alta y provocaron mucho revuelo. Agresivo como era su oponente, al alcalde le pilló miedo. ¿Qué les habrá dicho?, se dijo. 

Si cayó en la trampa, cometió un error o hizo lo correcto dependerá del juicio y la interpretación de cada uno, pero el señor alcalde volvió a llamar a todas las puertas del vecindario, preguntando a todos, sin dejarse uno, con qué cuento les había engañado el candidato a sustituirlo, desmintiendo rotundamente todas y cada una de sus promesas y volviendo a pedir el voto para sí. 

Con ésta, ya eran dos las entrevistas cara a cara con el señor alcalde en menos de una semana, la segunda más larga que la primera, por una con el candidato a sustituirlo, que se había presentado con la papeleta en la mano y rogando que pensaran en él a la hora de votar y adiós, que le vaya a usted bien. Llegó la jornada de reflexión y finalmente se votó. El señor alcalde perdió, aunque perdió por poco. Sacó 75 votos y el candidato a sustituirlo, 85.

La tertulia política del casino del pueblecito de la comarca de... no se pone de acuerdo sobre el porqué de la derrota electoral de su antiguo señor alcalde. La opinión más citada es que el pueblo votó al candidato que les molestó menos durante la campaña electoral. Hay quien cree que todo fue una astucia del nuevo alcalde, pues la única manera de robarle votos al antiguo alcalde era darlo a conocer a sus conciudadanos, y eso consiguió empujándole a visitar a todos los vecinos. Pero también hay quien opina que, de haber proseguido esta escalada de visitas puerta a puerta, se hubieran alcanzado cuotas de abstención nunca antes vistas, porque conocer de cerca al candidato rara vez es una buena estrategia electoral.

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