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Los primeros relojes de astronautas y cosmonautas (III)


Después del éxito y la visión comercial de Breitling con Scott Carpenter, el avispado astronauta yanqui, Omega se mosqueó. 

Porque Omega tenía unos relojes cronógrafo, los Speedmaster, que se habían convertido en habituales entre los astronautas... ¡y tuvieron que escoger al único que llevaba un Breitling! ¡También es mala suerte! 

El primer calibre de un Speedmaster (el 321 de Omega) había sido diseñado por Albert Piguet justo después de la Segunda Guerra Mundial. El Speedmaster había salido a la venta por vez primera en 1957, como reloj deportivo para automovilistas, y pronto se convirtió en el reloj de las Olimpiadas. Era un reloj famoso y de prestigio. 

Entramos en el terreno de la leyenda. Cuando comenzó la carrera del espacio, Omega tuvo una brillante idea. Nunca se ha podido corroborar, pero se dice que Omega se plantó en la principal relojería de Houston, Texas, la ciudad donde entrenaban los astronautas, y la llenó de Speedmasters. Los astronautas comenzaron a comprar relojes Omega Speedmaster y los publicistas de Omega cruzaban los dedos esperando a ver su reloj orbitando la Tierra. Entonces Breitling... Ay, qué rabia.

Seleccionado para la gloria.

No se rindieron. Insistieron tanto y de tal manera en certificar sus relojes para su uso en el espacio que, al final, la NASA organizó un concurso en el que participaron Breitling, Rolex, Longines-Wittnauer, Hamilton (que se presentó con un reloj de bolsillo) y Omega. Los relojes tenían que soportar estas duras condiciones:

Resistir 48 horas a 71 ºC seguidas de media hora a 93 ºC. 
Lo mismo, en el vacío.
Cuatro horas a 18 ºC bajo cero.
Quince ciclos de 45 minutos a 71 ºC seguidos de 45 minutos a 18 ºC bajo cero al vacío.
250 horas a temperaturas entre los 20 y los 71 ºC en un ambiente con una humedad relativa del 95%.
48 horas en un tanque de oxígeno (sólo oxígeno) a 71 ºC y un tercio de atmósfera de presión.
Seis golpes de 40 Gs de 11 ms (milisegundos) en diferentes direcciones.
Una aceleración lineal de 1 a 7,25 Gs en 333 segundos. 
Resistir 1,6 atmósferas durante una hora.
Resistir tres ciclos de media hora de vibraciones de 5 a 2.000 Hz con un impulso mínimo de 8,8 Gs.
Finalmente, resistir media hora de un ruido de 30 decibelios entre los 40 y los 10.000 Hz.

El astronauta no iba a llevar el reloj puesto durante las pruebas, por si acaso.

Lo que les costó la certificación... No lo sabe nadie.

Ganó el Omega y el 3 de marzo de 1965 un Omega Speedmaster realizó el primer vuelo como reloj certificado por la NASA. Pocos meses más tarde, Ed White salió de su cápsula y pasó un rato flotando por el espacio con un Omega en la muñeca. Cuentan que los relojeros de Omega se llevaron una sorpresa morrocotuda, porque no creían que el reloj fuera a resistir. Pero ¡qué campaña de publicidad montaron después...! Ahí ganó Omega la certificación EVA de la NASA.

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