Eso que llaman el prusés es ya delirante, y delirante es poco. ¿Conocen la Ley de Poe? Dice que es imposible distinguir entre una postura ideológica extrema y la parodia de esa misma. El procesionismo hace tiempo que se mueve en este terreno.
El procesionismo opta por el fomento de las majorettes.
De entrada, el pueblo suele protestar contra el poder, pero los catalanes procesionistas protestan a toque de pito del poder, a sus órdenes, en manifestaciones espontáneas perfectamente organizadas y programadas por los mismos que acogotan al personal y contra quienes tendrían que protestar, en buena lid. La última, con majorettes. Con majorettes y plañideras, con cánticos patrióticos, con escenas de histeria colectiva... ¡Pura Ley de Poe!
Como en la Plaza de Oriente en sus mejores tiempos. Pero en color.
Igualito, igualito, que el presidente de Banca Catalana gritando desde el balcón que de ahora en adelante, de moral hablaremos nosotros, frase histórica que el tiempo ha puesto en su justo lugar. ¿Qué dirá el tiempo de las memeces de estos últimos días?
El Gran Timonel saludando a la romana.
Alguien tendría que decirle que salude de otra manera.
Me resulta especialmente curioso que todas esas organizaciones cívicas tan molonas y tan preocupadas por el pueblo y esas majorettes tan guayes nunca, pero nunca, hayan organizado un pitote por la reforma laboral, la privatización de la sanidad, la corrupción que está destrozando las instituciones públicas o algo parecido, como la protección de las rentas y servicios sociales o las becas-comedor, que se han recortado más de 48.000 este mismo mes. Nunca, pero nunca, he visto el mismo ánimo justiciero cuando uno de los protagonistas culpables o simplemente responsables es, pongamos por caso, sin señalar a nadie, un señor convergente o republicano. Nunca. ¡Nunca!
Vete tú entonces a recordar que don Baudilio Ruiz, presente en primera fila en el desfile de majorettes, es el principal responsable de que hoy mismo más de 112.000 catalanes estén esperando una prueba diagnóstica de la que podría depender una operación quirúrgica. Son un 14% más que el año pasado, cuando ya eran un 14% más que el año anterior. Lo que yo les decía: ¿Y las majorettes? ¿Dónde están? ¡No las veo por ninguna parte!
Ese mismo día que desfilaban las majorettes delante del Gran Timonel, que las saludaba a la romana, se publicaba que se ha intervenido el Hospital General de Mataró por una deuda de 2 millones de euros, con la intención de bajar la retribución media del personal un 25%... y de mantener a los directivos en sus cargos, no vaya a ofenderse nadie. Pero la Generalidad de Cataluña debe al hospital 32 millones de euros. Entre estos 32 millones, 12 los prestó al hospital a cambio de que éste recortara los salarios y los privilegios de los trabajadores. Los recortó... y don Baudilio no los ha pagado. Pero ¿quién protesta? ¿Dónde están las majorettes cuando se las necesita? ¿No organizan desfiles para denunciar el escándalo? Éste o cualquier otro, no importa.
Se privatizan servicios y consultas. Las últimas, anunciadas hoy mismo, en el CAP de la calle Manso, que afectan a varias especializaciones. Es un goteo incesante. Pero ¡qué silencio! ¡Qué silencio, Dios mío! Las majorettes han desaparecido, se han esfumado, no están.
Más. Más. Mucho Mas, sin tilde, porque CiU votó con el PP no hace un año el fortalecimiento de los consorcios sanitarios, que están detrás de todos los escándalos de corrupción y de todos los recortes de la sanidad pública en Cataluña y ahora pronto en toda España. ERC, las molonas organizaciones cívicas procesionistas y las majorettes no dijeron ni pío. Nada. Ni una palabra. Ni mu. Mientras tanto, la sanidad catalana, la más privatizada de España, sigue vendiéndose a pedacitos, sin que nadie parezca darse cuenta. ¿Nadie? Quizá algún tonto como yo, pero a la vista está que las majorettes no se enteran o no va con ellas. A los hechos me remito.
Hoy publican los periódicos que PP y CiU han vuelto a votar juntos. Quieren que pagar una mutua privada desgrave en la declaración de la renta. Sanidad para ricos, que pagarán los ricos, y para pobres, que ya veremos quién la pagará. ¿Qué dicen las majorettes? ¿Dónde está el cabeza de lista? Éste no tendrá pelos en la cabeza porque los tendrá todos en la lengua: ¡no dice nada! ¿Nadie protesta? ¿Nadie? ¡Nadie! Las majorettes nunca están cuando se las necesita.
¿Por qué no organizamos más desfiles de majorettes?
Etcétera. Un etcétera larguísimo. Cierre de fábricas. Corrupción. Incompetencia. El catálogo es tan amplio que las majorettes podrían escoger dónde y cuándo desfilar a gusto, a destajo. Pero no desfilarán, verán como no.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. Mt, 7, 15-16.
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