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"Tortosa als correbous"


El monumento, a la derecha, cómo no.

Si existiese un premio a la escultura de rotonda más fea de España, la escultura de Tortosa se llevaría un cum laude. Pero resulta que el adefesio no está propiamente en una rotonda, sino en el pilar del antiguo puente de Cinca, puente que fue destruido en 1938, en la Guerra Civil. Ese horror fue inaugurado en abril de 1966 para celebrar los 25 Años de Paz y don Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la Gracia de Dios (no le veo el chiste), Alcalde Honorario de Tortosa hasta hace literalmente dos días (porque no recordaron hasta hace poco que lo era, qué memoria...), protagonizó la celebración, como puede verse en este noticiario de la época (que recomiendo ver): http://rtve.es/v/2933104

La noticia en La Vanguardia, entonces La Vanguardia Española.

El trasto es una amalgama de hierros y cemento cargada de símbolos franquistas. Unos dicen que es un obelisco, otros que es un monolito, un pincho, en verdad dos pinchos, o pirámides... Tan feo es que no se sabe lo que es. Se alza 45 m sobre el Ebro y sólo la cruz del Valle de los Caídos supera su alzada. Es, pues, el monumento a Franco más alto de toda España, esa cruz aparte. Para que los barceloneses se hagan a la idea, la estatua de Colón es unos diez metros más alta, pero Tortosa es mucho más pequeña que Barcelona. ¡También ha de considerarse la proporción entre la ciudad y su monumento más emblemático!

Tortosa se resistió muchos años a suprimir el recuerdo del dictador. En 1985, cuando éste ya llevaba diez años muerto y enterrado, eliminó una inscripción en el pilar que dedicaba el monumento a Franco, y el símbolo de la victoria del Movimiento (el Victus), que sujetaba una águila (imperial, naturalmente) entre sus garras. En 2006, cuando Franco llevaba ya cadáver más de treinta años, quitó las placas que, en la orilla, recordaban el glorioso momento de la inauguración. 

La pregunta y dos respuestas posibles. Traduzco:
En relación al monumento a la Batalla del Ebro, que inauguró el general Franco en el año 1966, ¿qué cree usted que el Ayuntamiento ha de impulsar?
a) Retirarlo y museizarlo para promover la memoria histórica y la paz.
b) Mantenerlo, reinterpretarlo y contextualizarlo para promover la memoria histórica y la paz.

Y ahora, en 2016, más de cuarenta años más tarde, el pueblo de Tortosa ha votado la suerte del monumento. Uno de cada tres tortosinos que podían votar han votado y dos de cada tres han resuelto lo siguiente: que se conserve al campeón y precursor de los monumentos de rotonda y que no se toque de donde está.

Llegados a este punto, varias cosas llaman la atención. 

El pueblo puede votar lo que quiera, pero la suerte de eso no depende del resultado de la votación. En efecto, no sólo la votación no es vinculante, sino que la suerte del monumento no depende del Ayuntamiento, porque el monumento está inscrito en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña (véase aquí), que gestiona la Generalidad de Cataluña, y porque la Ley de Memoria Histórica dice: Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura, lo que dice bien a las claras qué podrían hacer con eso. Preguntando aquí y allá, resulta que hacer algo con el monumento podría implicar al Gobierno de España, a la Generalidad de Cataluña y, de rebote, al Ayuntamiento de Tortosa, de quien no depende la suerte del monumento.

Franco, arengando a la muchedumbre de tortosinos, agradecido por el monumento.

Pero en Tortosa el recuerdo a Franco despierta pasiones y fervores patrios que a la gente de la capital se nos escapan. Eso hace muy difícil reinterpretar el monumento. Sea lo que sea reinterpretar, que ésta es otra. Saumells, el escultor del monstruo, dejó clarísimas sus intenciones nacional-católicas, franquistas y propagandistas. También tendría que añadirse que el monumento fue pagado, en parte, por suscripción popular. Vayan y reinterpreten.

Le preguntaron una vez a Paul Preston por eso de los nombres franquistas de las calles y él dijo de conservarlos, pero añadiendo debajo del nombre de la calle o plaza la serie de crímenes que había cometido el fulano en cuestión, para que no se olvidaran. Ésa es una reinterpretación radical, pero no es la única posible. La simple eliminación no es siempre el mejor remedio, pero ¿qué reinterpretación proponen en Tortosa? Se desconoce. En cualquier caso, viendo quién ha votado qué, no veo yo que tengan muchas ganas de reinterpretar nada. 

La gallina, sin el Victus. 

Mi propuesta es radical, sí, pero también original. Propongo llevar eso a otra parte. Esa otra parte sería una rotonda, que alguna habrá por Tortosa. Se le pone un letrero que se vea que diga:


Tortosa als correbous 

Elevándose en medio de una rotonda, el horror habrá encontrado su lugar natural, quedará completamente descontextualizado y podrá merecer, ahora sí, con todos los honores, el título de la más fea escultura de rotonda de España, motivo de atracción turística y friqui. A poco que sepan explotar la atracción, acudirán autocares a verla.

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