Antes, el Gran Premio de Alemania se corría en el viejo Nurburgring, uno de los autódromos con más solera de Europa. El trazado tenía más de 28 km y llegó a ser conocido como el Grüne Hölle (Infierno Verde), porque atravesaba frondosos bosques. Tenía fama de ser un circuito muy peligroso y no se han matado pocos ahí. Ahora no es lo mismo.
Tampoco es la misma la Fórmula 1. Dicen que el año que viene, con neumáticos más anchos, más alerones, menos prohibiciones... No sé. Pero, ahora mismo, la gracia está en comprobar como Hamilton le pasa la mano por la cara a Rosberg. Por lo demás, Ferrari no sólo quedó detrás de Mercedes-Benz, sino también por detrás de Red Bull. La temporada c'est finie! Eso me temo.
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