Presten atención a las gafas de los portadores de gigantes, a las gafas de los sopladores de chirimías, a las gafas que ocultan los perniciosos efectos del alcohol en la sangre, destilado en noches de jarana y juerga, que se apoyan en las narices del personal.
Me da que hasta las gafas andan de fiesta, estos días.
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