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Cosecha de Reyes



Cuál sería mi sorpresa al encontrar, entre toneladas de carbón... Por cierto, ¿nadie está interesado en unos cuantos quintales de antracita? ¡Al grano! Entre tanto mineral, dí con una funda nueva para el sable (En garde!) y alguna cosita más.


Entre los presentes recibidos, destacan los vídeos de una mítica serie de la BBC, la que protagonizó Peter Cushing entre 1956 y 1966 haciendo las veces de Sherlock Holmes. Por méritos propios, forma parte de las interpretaciones más estimadas por los sherlockholmesianos, y en verdad el físico de Cushing es ideal para interpretar al detective consultor del 221B de la calle Baker. Así, sumo algunas películas más a mi pequeña colección sobre Sherlock Holmes. ¡Bravo!

Libros, claro, que no falten. Hablaré de todos ellos en detalle un día u otro. Ahora, venga su presentación.


El primero, una concesión a la literatura de evasión, con el Eva, de Pérez-Reverte. El tal Falcó, un cínico agente secreto del bando franquista durante la Guerra Civil, es un personaje que ha llegado para quedarse en un par de novelas y seguramente en una tercera. Si habrá más, pregúntenle a don Arturo.


Luego, un título de Ático de los Libros que enseguida me llamó la atención, Montecassino, de Peter Caddick-Adams. Leí su doble biografía de Rommel y Montgomery y me causó muy buena impresión. Además, prestaba atención a algunos asuntos militares, como el trabajo de los Estados Mayores, que en muchos otros ensayos suelen pasarse por alto y su visión de la campaña de Italia durante la Segunda Guerra Mundial me interesa. Le tengo muchas ganas.


El tercer libro, acompañado de muy buena prensa, es el precioso volumen de La guerra en Grecia y Roma, de Peter Connolly, que es también un caramelo para un servidor de ustedes, que le pondrá la mano encima tan pronto como pueda. Dicen y cuentan que es de lo mejor en su género. Vamos a ver.


Finalmente, como cada año, les pedí el Ferrari con todos los gastos pagados a Sus Majestades y tal, pero me temo que tendrá que ser otro año. Quizá con los derechos de autor de la Historia torcida de la Filosofía... ¡Quién sabe!

2 comentarios:

  1. Este año los reyes magos no me han traído carbón.

    Durante el 2017 me he portado muy bien:

    En el 2017 no he leído ningún autor místico, he preferido aplicarme en la cocina.

    En el 2017 no me he creído casi ninguna noticia de las que daban los medios comunicación y me he dedicado a leer un montón de textos de estática y algunos de estética.

    En el 2017 he mejorado los guisos de bacalao, de setas, de sepia, de canelones al gratén y de rodaballo al horno. Debo decir, sin embargo, que la cocina del vinagre se me resiste.

    En el 2017 no he prestado ninguna atención a los simbolistas ni a los esteticistas.

    En el 2017 me he aplicado más en resolver problemas de cálculo que en perder el tiempo viendo el espectáculo de estos gobernantes de mala ralea.

    En el 2017 he descubierto nuevas posibilidades gastronómicas de aguacate y he continuado despotricando contra Oscar Wilde.

    En el 2017 no he recitado ningún poeta romántico francés y he preferido resolver algún detalle constructivo.

    En el 2017 he analizado el comportamiento estructural de ciertos muros de fábrica de ladrillo en vez de escuchar música de Berlioz o de cualquier otro músico romántico del sur.

    En el 2017 he dibujado con precisión huyendo de toda retórica y no me he perdido entre
    las filigranas de los modernistas ni del “coup de fouet” de l’Art Nouveau.

    En el 2017 he preferido la cocina sencilla en vez de sofisticaciones gastronómicas de diseño.

    En el 2017 me he convencido, una vez más, de que la arquitectura ha de servir para que el habitat humano sea cómodo, digno, bien construido y asequible.

    En el 2017 he admirado los proyectos de los higienistas que tanto hicieron para que las ciudades dispusieran de unos buenos servicios de saneamiento. Sus proyectos de alcantarillado me han parecido mucho mejores que las obras literarias de San Juan de la Cruz, de D’Annunzio, de los poetas románticos exaltados, de Alfred de Vigny, de Gustavo Adolfo Bécquer, de los moralistas arrebatados o de los panteístas enajenados, de Almeida Garrett, de Gilbert Keith Chesterton, de Paul Claudel, o de Joseph von Eichendorff.

    En el 2017 he renovado mi admiración por los artistas del quattrocento y he buscado la solución más eficaz para distribuir la planta de un edificio en vez de contemplar durante horas la ensoñación de un prerrafaelita.

    En el 2017 he leído "Historia torcida de la filosofía" y me lo he pasado muy bien.

    Por todas estas cosas, hoy los Reyes Magos de Oriente no me han traído carbón.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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